GEMA LENDOIRO
Día 21/09/2013
Claves
para no perder la calma cuando el termómetro supere los 38 grados
Ya llevamos
quince días de colegio y los mocos y la fiebre ya están campando a
sus anchas. Además, con los primeros fríos mañaneros muchas madres tienden a
abrigar a sus hijos en exceso, lo que se convierte en una fiesta para la
expansión de los virus.
Los padres,
especialmente los primerizos, tienden a asustarse mucho cuando miran el
termómetro y este pasa de 38 grados. Pero ante todo conviene no perder la
calma, saber qué hacer y no acudir a urgencias a la primera de cambio ya
que, además del colapso por algo no urgente, conviven virus y bacterias y no es
el lugar más adecuado para un niño.
La fiebre no es algo malo, es una defensa
natural del organismo para matar a los virus (a más de 38 grados mueren). Por lo
que antes de plantearte coger el coche y salir corriendo al hospital no está de
más atender a los consejos de Andrea Masiá de Barbieri, pediatra en Cap Cunit
(Barcelona), médico en la Clínica Maral y una de las administradoras del
famoso grupo de Facebook, «El médico de mi hijo», un grupo abierto donde varios
pediatras y enfermeras atienden consultas online sin ánimo de lucro.
—¿Qué es la fiebre?
La fiebre, antes que nada, no es un problema, no es un motivo de
consulta, ni un signo de gravedad, salvo situaciones especiales y puntuales.
Digamos que llevar al niño al pediatra porque tiene fiebre no es un síntoma que
nos alarme a los médicos; de hecho, surgen de inmediato nuevas cuestiones: qué
más tiene, qué otros síntomas acompañan a esa fiebre...
La fiebre, por
definición estricta de libro, se refiere a una temperatura axilar por encima de
37,5 grados o a una rectal
por encima de 38 grados. Esto sin tener en cuenta que la temperatura corporal
cambia durante el día y según las estaciones del año. Por la tarde y en los
meses de verano nuestra temperatura corporal es mayor.
—¿Por qué tenemos fiebre?
La fiebre es
una reacción del cuerpo frente
a una infección vírica o bacteriana. Por debajo de los 5 años la gran
mayoría de infecciones son causadas por virus (sobre todo los primeros 3 años
de vida). Hay virus que duran más días que otros y hay niños que reaccionan a
ellos con mayor intensidad (esto no quiere decir que les falten defensas ni
nada por el estilo. Simplemente su reacción es mayor).
—¿Cómo me doy cuenta de que mi hijo
tiene fiebre?
Si al tocarlo
está caliente, si presenta unas mejillas más enrojecidas, latidos del corazón o
respiración más acelerada, o si tiene sensación de frío o escalofríos. También
puede estar más apagado de lo normal, aunque hay algunos niños que hablan y se
mueven más de lo habitual con fiebre. Cada madre sabe sin ponerle el termómetro
cuando su hijo tiene fiebre, aunque el método
objetivo para valorarla es el termómetro.
Es recomendable tomar la temperatura en la axila o en
el recto con termómetros digitales, ya que los electrónicos, para el
oído o la frente, son más imprecisos.
—¿Tengo que tratar la fiebre?
La fiebre siempre es un síntoma de algo. Si la enmascaramos con
medicación puede que no podamos ver esos otros síntomas que nos ayudarán a
diagnosticar el problema.
La fiebre
protege, defiende y mejora más rápido a los niños, por lo que insistir en
lograr una temperatura baja cuando están enfermos no es el objetivo. Al hacerlo,
de alguna manera, nos ponemos en el bando malo. Debemos intentar mejorar su
confort y si les notamos demasiado apagados, irritables o molestos
administrarles la medicación. Pero no
tenemos que darles el antitérmico ante la primera febrícula; es muy importante
que valoremos al niño en conjunto y veamos si realmente hace falta medicar. Los
antitérmicos más usados son el paracetamol y el ibuprofeno.
—Otras medidas para mejorar su confort.
No nos
olvidemos que lo que queremos es que el pequeño se sienta bien. Si tiene frío
porque está con fiebre y le quitamos toda la ropa no se encontrará mejor. Una
buena opción es un baño
templado a una temperatura
agradable para el niño (nunca se recomienda bañar en agua fría o poner una
toalla con hielo). Las bajadas bruscas de temperatura no están indicadas y
pueden ser perjudiciales, y además no conozco a nadie que sintiéndose tan mal
quiera meterse en agua helada. Lo importante ante todo es que se sientan bien,
si quieren estar tumbados o
dormir, que lo hagan. Si no quieren comer no
es necesario que coman, aunque sería adecuado que se hidrataran.
—¿Es recomendable un tratamiento que
alterne el ibuprofeno con el paracetamol?
No es
conveniente y no está indicado (salvo en algún momento puntual donde el
malestar sea tan grande que sea necesario). A
favor tiene pocas cosas y en
contra muchas: errores en las dosis, sobredosificación, aumento de los efectos
secundarios o no permitir actuar a la fiebre.
—¿Cuándo es aconsejable consultar al
pediatra?
En niños menores de 3 meses, siempre. Si la fiebre dura más de
72 horas. Si tiene 40º y no se consigue bajar la temperatura con facilidad,
independientemente de la duración en días. Si el niño está demasiado adormilado
a pesar de suministrar la medicación. Si el pequeño respira con dificultad. Si
presenta una erupción en la piel (granitos).
Además de todo lo expuesto, una madre le llevará al médico
guiándose por su sentido común cuando observe que «no es el mismo de siempre,
le note diferente, o sienta que hay algo que no le guste». Para los pediatras
estas frases suelen ser muy importantes y las tenemos muy en cuenta.
—Muchos padres temen la fiebre alta
porque piensan que puede ir acompañada de convulsiones.
No todos los
niños con fiebre tendrán convulsiones, ni tiene que ser el objetivo bajar la
fiebre para que no convulsione. La única relación que tiene es que hay algunos
pequeños (entre el 3 y el 5%) que padecen convulsiones febriles. Se trata más
bien de una predisposición
individual o familiar (generalmente
la madre o el padre también lo padecieron). Suele suceder antes de los 5 años y
es muy raro que ocurra después. No deja ninguna secuela.
—¿La salida de los dientes puede
provocar fiebre?
En principio no está demostrado. Aunque debido a que la erupción
de los dientes se extiende a lo largo de muchos meses, es probable que coincida
con algún proceso infeccioso por lo que habrá que tener las mismas
consideraciones.
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