PUBLICADO EN
'CANCER DISCOVERY'
MADRID, 27 Sep. (EUROPA
PRESS) -
Una clase poco utilizada de antidepresivos, ya aprobados por la agencia
norteamericana del medicamento (FDA, en sus siglas en inglés), parece
potencialmente eficaz en la lucha contra una forma particularmente mortal de cáncer
de pulmón, según un nuevo estudio realizado por investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de
Stanford, en Palo Alto, California, Estados Unidos, y publicado en 'Cancer
Discovery'.
Como estos fármacos han sido aprobados
por la FDA para
su uso en humanos, los investigadores fueron capaces de poner en marcha
rápidamente un ensayo clínico para probar su teoría en los pacientes. El ensayo
de fase 2 reclutó participantes con cáncer de pulmón de células pequeñas y
otras condiciones similares, como los cánceres neuroendocrinos
gastrointestinales agresivos.
La "reposición" de un
medicamento existente para el tratamiento de un trastorno distinto de aquel
para el que fue aprobado inicialmente es un ejemplo de cómo las extremadamente
grandes bases de datos genéticos y biológicos están cambiando la cara de la
medicina.
"Se acorta así la década o más y los
mil millones de dólares que normalmente puede costar traducir un hallazgo de
laboratorio en un tratamiento farmacológico eficaz para desarrollar aproximadamente
en entre uno a dos años y gastando 100.000 dólares", destacó Atul Butte,
profesor asociado de Pediatría y jefe de la División de Medicina de sistemas y director del
Centro de Bioinformática Pediátrica en el Hospital de Niños Lucile Packard en
Stanford.
Julien Sage, PhD, profesor asociado de
pediatría, es el otro autor principal., PhD. Joel Neal, MD, PhD, profesor
asistente de medicina, es el investigador principal del ensayo clínico.
El cáncer de pulmón de células pequeñas
representa sólo el 15 por ciento de todos los cánceres de pulmón, pero es
particularmente mortal. "La supervivencia de cinco años para el cáncer de
pulmón de células pequeñas es sólo del 5 por ciento", alertó Sage, quien
señaló que no ha habido un solo tratamiento eficaz desarrollado en los últimos
30 años.
"Pero cuando empezamos a probar
estos fármacos en células cancerosas humanas cultivadas en un plato y en un
modelo de ratón, trabajaron y trabajaron, y funcionó", relata este
investigador. Específicamente, los fármacos activan una vía de autodestrucción
celular que mata las células cancerosas.
Los científicos utilizaron un proyecto
informático desarrollado en el laboratorio de Butte. El algoritmo funciona
mediante el escaneo de los cientos de miles de perfiles de expresión génica
(recogida por múltiples investigadores y almacenados en bases de datos de gran
tamaño) a través de muchos tipos de células y tejidos diferentes, algunos
normales y otros enfermos, algunos tratados con medicamentos y otros no. Solos,
estos perfiles no pueden significar mucho para cualquier investigador o grupo,
pero cuando se ven en conjunto, los expertos pueden seleccionar patrones y
tendencias antes insospechados.
Por ejemplo, si una vía molecular
particular, se activa de forma rutinaria (como se indica por un aumento en los
niveles de expresión de los genes implicados) en una célula de cáncer, y un
fármaco se muestra que bloquea o suprime la misma vía (por disminución de la
expresión de genes en la vía), es posible que el fármaco pueda ser utilizado
para tratar ese tipo de cáncer, independientemente de la enfermedad para la que
fue aprobado originalmente.
Este enfoque ya ha tenido éxito antes. En
2011, 'Science Translational Medicine' informó de que un medicamento contra la
úlcera podría ser eficaz contra un subtipo diferente de cáncer de pulmón y que
un medicamento anticonvulsivo podría ser una nueva forma de tratar la
enfermedad inflamatoria intestinal.
En esta ocasión, la autora principal del
estudio, la investigadora postdoctoral Nadine Jahchan, estaba interesada en el
cáncer de pulmón de células pequeñas. Cuando los investigadores en el
laboratorio Butte utilizaron el algoritmo computarizado para identificar
posibles candidatos a fármacos, los antidepresivos tricíclicos estaban en la
parte superior de la lista. Estos medicamentos están aprobados para tratar la
depresión, pero desde entonces han sido sustituidos por nuevos antidepresivos
con menos efectos secundarios.
Jahchan probó el efecto del antidepresivo
tricíclico imipramina en células de cáncer de pulmón de células pequeñas
humanas cultivadas en el laboratorio y el crecimiento como tumores en ratones
de laboratorio y encontró que fue capaz de activar potentemente una vía de
autodestrucción en las células de cáncer y reducir o bloquear la metástasis en
los animales.
El fármaco mantiene su eficacia
independientemente de si las células cancerosas previamente habían sido
expuestas y se volvían resistentes a los tratamientos tradicionales de
quimioterapia. Otro medicamento, un antihistamínico llamado prometazina,
identificado en el ordenador, también exhibió habilidades para matar las
células del cáncer.
Aunque imipramina no afectó
a las células de otro tipo principal de cáncer de pulmón llamado adenocarcinoma
de pulmón no de células pequeñas, inhibió el crecimiento de células de otros
tumores neuroendocrinos, incluyendo los cánceres neuroendocrinos pancreáticos,
un cáncer de piel agresivo llamado carcinoma de células de Merkel, y un cáncer
infantil llamado neuroblastoma.
Investigaciones posteriores mostraron que
los fármacos parecen trabajar a través de una clase de moléculas en las
superficies de las células cancerígenas llamadas receptores acoplados a la
proteína G, pero los científicos continúan investigando exactamente cómo los
fármacos matan específicamente células cancerosas neuroendocrinas.
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