El agua hallada en el país africano
"es de gran calidad, fresca y apta para beber directamente", según el
ingeniero francés que coordinó el proyecto.
Tampoco se atreve a dar la cifra de su capacidad de
autoregenerarse Fuentes del Gobierno de Nairobi han señalado que cada año
entrarán en los pozos subterráneos 3.400 millones de metros cúbicos nuevos,
equivalentes al consumo de un país como Australia. “Las fuentes hidráulicas
naturales son como las cuentas corrientes”, advierte Gachet, “por lo que, si
gastas más de lo que ingresas, acabas teniendo un problema. Hay que ser cauto
con las políticas sobre el agua”.
Los acuíferos se nutren de manantiales
procedentes de la vecina Uganda “y de las tierras altas de Kenia”, así que los
dos países tendrán que trabajar codo con codo para su explotación. Ahora solo
falta que las bombas extraigan el líquido desde los 200 metros de
profundidad donde se encuentra. Después habrá que canalizarlo y distribuirlo.
“En Turkana se han acabado las muertes por hambre y sed”, afirma un
“extremadamente contento” Gachet.
Turkana está de enhorabuena. En marzo de
2012 se halló petróleo, pero el descubrimiento no ha cambiado la vida de sus
vecinos. Sin embargo, parte de los reportes elaborados durante las
prospecciones se han aprovechado ahora para buscar agua. Para el ingeniero
francés, los pozos hídricos sí que supondrán “unas mejores condiciones de vida
de manera inmediata”. “La gente no bebe petróleo pero este ha servido para
sacar el agua subterránea”.
La empresa francesa trabaja con una
tecnología llamada Watex (el acrónimo en inglés de exploración de agua) que
transforma los datos en bruto del terreno mediante la aplicación de algoritmos
y otros métodos de tratamiento de datos para convertirlos en imágenes en las
que aparecen acuíferos situados a gran profundidad, según el informe de la UNESCO sobre los sondeos.
Entre los datos que analiza el sistema Watex se encuentran imágenes ópticas,
obtenidas por radar y topográficas procedentes de satélites junto a otros datos
obtenidos de trabajos académicos, del Gobierno de Kenia, ONG, así como datos
sísmicos e informes de prospecciones petrolíferas.
Gachet cuenta que, ahora, trabaja con
esas mismas técnicas en una zona árida de Etiopía. Antes, el ingeniero localizó
pozos en Darfur y otras regiones de Sudán, Afganistán y Angola.
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