Esta
enfermedad degenerativa, descrita hace más de un siglo por Alois Alzheimer,
afecta entre el 3 y el 4% de la población y a partir de los 65 años (su
incidencia se multiplica por 3 por cada década vivida) y supone un grave
problema social dado que interfiere de modo importante en las vidas de los
pacientes y de sus familiares
LOS 10 SIGNOS DE ALARMA DE LA ENFERMEDAD DE
ALZHEIMER
La
aparición de la enfermedad de Alzheimer es sutil. Comienza con trastornos de la
memoria reciente, dificultad
para encontrar palabras de uso habitual en el lenguaje, perdida de interés en las actividades diarias, olvidos frecuentes, reiteración al
preguntar cosas… En ocasiones son los familiares o las personas de su entorno
las primeras que aprecian estos problemas, y es muy frecuente que el paciente
incluso niegue estos inicios de la enfermedad.
En su fase inicial, la enfermedad no es
limitante para la vida cotidiana, pero estamos ante una enfermedad degenerativa que provoca, también de forma
progresiva, una incapacidad para realizar las tareas más cotidianas y acaba generando dependencia, por lo que constituye
–además de un problema de salud- un problema social, por la intensidad por la
que interfiere en la vida de las personas de su entorno.
A pesar de los esfuerzos en
investigación, a día de hoy, los complejos mecanismos por los
que se desencadena la enfermedad de Alzheimer son aún una gran incógnita para la comunidad científica, por lo
que seguimos sin contar con un tratamiento curativo. Sin embargo, contamos con
un amplio arsenal de tratamientos que ayudan a ralentizar el proceso de degeneración neuronal que se produce durante la enfermedad.
Pero para aplicarlos de forma eficaz es fundamental diagnosticar la enfermedad
en su fase más temprana.
Diez signos de
alarma
He aquí diez
signos de alarma que deben llevarnos a la consulta del neurólogo:
1.
Pérdida de memoria que afecta a la capacidad laboral
2.
Dificultad para llevar a cabo tareas cotidianas
3.
Problemas con el lenguaje
4.
Desorientación en tiempo y lugar
5.
Juicio pobre o disminuido
6.
Problemas con el pensamiento abstracto
7.
Cosas colocadas en lugares erróneos
8.
Cambios en el humor o en el comportamiento
9.
Cambios en la personalidad
10. Pérdida de iniciativa
Tratamiento del Alzhéimer
Junto con el tratamiento farmacológico
para intentar enlentecer el progreso de la enfermedad, se ha demostrado que es
muy recomendable la estimulación cognitiva y física de los pacientes
en centros especializados. La rehabilitación cognitiva busca reforzar las funciones mentales
afectadas por la enfermedad, tratando de aumentar la reserva neuronal, así como
el número de conexiones entre células cerebrales y la densidad de sus redes.
Esto no sólo enlentece el progreso en
la afectación de la memoria, sino que mejora la calidad de vida de los pacientes.
No olvidemos que al “atacar” a la
memoria, destruye aquello que nos confiere una parte muy importante de nuestra identidad: los recuerdos, para ir sembrando
nuestra mente progresivamente de páginas en blanco…
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