El
rotativo anima a nuestro país a abandonar las «tres horas diarias» para comer y
a adaptarse cuanto antes al horario británico
La noticia de
que que España podría adaptar su
actual huso horario al británico ha
sido una de las más comentadas en nuestro país durante los últimos días. El
próximo jueves, una subcomisión del Congreso se
dispone a votar una propuesta en
la que se reclama que el Gobierno se
establezca de nuevo en la franja horaria que abandonó en 1940 y que hace que los ciudadanos
españoles vivamos por delante de la hora que por nuestra ubicación geográfica
debería correspondernos.
Llevamos días especulando con cómo serían nuestras vidas si
el Gobierno aprobara el citado cambio horario. Comer a la una de la tarde,
abandonar nuestro puesto de trabajo sobre las 18.00 horas o prepararse para ir
a dormir poco después de las 21.00 horas es algo que parece difícil en un país
más que acostumbrado a las jornadas
interminables de trabajo y al tardío «prime time» de los programas de televisión.
Sin embargo, no
solo en España se especula sobre la posibilidad de modificar notablemente estas
costumbres. Ayer, sin ir más lejos, «The Telegraph» se hacía eco
de la propuesta que el
jueves se somete a votación y publicaba un reportaje cuyo titular y
-deliberadamente escogida- fotografía conminaba a los españoles a abandonar la
castiza costumbre de la siesta y empezar a ser más productivos. Un esfuerzo al parecer faraónico,
según intenta retratar el diario.
La «presión» de abandonar la siesta
«Las tres horas para comer de los españoles han sido durante mucho tiempo la envidia en los países
vecinos». De este modo comienza el artículo que firma Martin Roberts para el rotativo.
«Ahora -continúa- los españoles se
enfrentan a la presión de tener que abandonar sus siestas y adaptar sus relojes a la misma zona
horaria que Gran Bretaña». «Las largas pausas para almorzar son un retroceso y
hacen que los españoles trabajen mucho más y produzcan menos», reza el texto.
El artículo se hace eco del informe
facilitado por la subcomisión creada a instancias del PP, PSOE y CIU y que,
entre otras cosas, considera que el cambio horario «incidiría favorablemente en la
conciliación de todas las personas, permitiendo disponer de más tiempo para la
familia, la formación, la vida personal, el ocio y evitando tiempos muertos en
nuestra jornada laboral diaria».
Asimismo esta adaptación, según reza el informe, tiene como
objetivo que «España converja con Europa en muchos aspectos en los que hoy está
sumamente alejada, particularmente en productividad,
conciliación y corresponsabilidad». Es hora de que los españoles, según el
parecer del rotativo británico, se pongan pues las pilas y abandonen la
costumbre de dormir la siesta.
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