Los fabricantes deben incluir la fecha de caducidad en los productos
perecederos y la de consumo preferente en los que no lo son tanto. Una se
refiere a seguridad y otra a calidad. Hay productos que se pueden consumir,
pero desde OCU decimos no a la venta de alimentos caducados.
DOS DENOMINACIONES
Todos los
productos perecederos deben llevar su fecha de caducidad, pero
pocos van más allá de este dato. Hay productos que pueden consumirse aunque hayan superado su fecha de consumo preferente. Te contamos
todo lo que debes saber sobre las fechas de caducidad y consumo preferente.
La fecha de
caducidad se indica en productos que son muy
perecederos y con riesgo microbiológico: carnes y pescados crudos y frescos,
que duran pocos días y donde puede haber bacterias patógenas. Una vez pasa la
fecha de caducidad, el producto no debe consumirse, ya que hay riesgos de que
se encuentre en mal estado, estropeado y puede incluso ser peligroso por la
presencia de bacterias patógenas.
Por su parte,
la fecha de consumo preferente se aplica a productos bastante más
duraderos y que son estables. Una vez pasada esta fecha pueden haber perdido
parte de sus propiedades, como presentar un sabor algo rancio, tener menos
aroma o que éste sea extraño, cambiar de textura, de color... pero no hay
riesgo microbiológico.
No se pueden
consumir productos que han superado su fecha de caducidad. Lo que se puede
hacer si vemos que llega la fecha de caducidad y no los vamos a comer es congelarlos. Podemos
hacerlo con carnes, pescados, incluso con el salmón ahumado, el jamón cocido...
Eso sí, al
descongelar estos productos debemos consumirlos en menos de 24
horas. En estos
productos con riesgos microbiológicos hay que tener siempre la precaución de
cocinarlos adecuadamente: carnes picadas, carnes de pollo... El riesgo de que
haya bacterias patógenas existe, y es mayor una vez superada la fecha, pero no
hay tampoco garantías suficientes antes de su caducidad, ya que son alimentos crudos.
En cuanto a
los platos preparados precocinados, si no lo vamos a consumir y se acerca
su fecha de caducidad también admiten congelación. Es el caso de lasañas o
pizzas, pero no los que contienen verduras, ya que se estropea mucho su
textura. Una vez descongelados, estos productos deben ser de consumo inmediato.
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