Una
subcomisión del Congreso votará el jueves una propuesta que pide al Gobierno
que España vuelva al horario británico
¿Se imagina comiendo a la una,
saliendo de trabajar a las seis
de la tarde y en la cama no
más allá de la diez de
la noche? Aunque tengamos que echarle mucha imaginación, una subcomisión del Congreso votará previsiblemente este jueves
una propuesta para pedir al Gobierno que realice los estudios socioeconómicos
necesarios para saber cuánto
costaría que España volviera
al horario británico.
En 1940, nuestro país abandonó el huso
horario, que por su posición
geográfica le corresponde —el
del meridiano de Greenwich— y adelantó 60 minutos el horario oficial para
coincidir con la Alemania
de Hitler. Desde entonces, los españoles vamos una hora por delante del tiempo solar en invierno y dos
durante el verano. Somos los únicos europeos que vivimos con la hora desajustada respecto a las horas de luz y
oscuridad naturales. Por eso comemos
y cenamos más tarde que en el resto de Europa respecto al tiempo oficial,
pero no tanto respecto al solar.
«Volver a
nuestro huso horario supone un ahorro
total en todos los sentidos
puesto que volveremos a vivir con el sol. Lo de ahora no tiene sentido porque
vivimos con la hora de Polonia. El regreso al huso horario del meridiano de Greenwich supondría dejar un jet lag que
arrastramos desde los años 40», explica Nuria Chinchilla, directora del Centro
Internacional de Trabajo y Familia del IESE, una de las instituciones que fue
consultada por la subcomisión del Congreso para la elaboración de esta
propuesta, que incluye una serie de medidas
para mejorar la conciliación laboral y familiar.
Cambios en la jornada laboral
Entre esas
iniciativas, la subcomisión propone ampliar
el permiso de paternidad a los cuatro semanas y avanzar hacia permisos igualitarios de maternidad y paternidad con una
duración de 32 semanas en lugar de las 16 actuales (de la baja maternal).
También solicita al Gobierno que estudie el impacto económico que supondría una racionalización de los horarios laborales, en torno a unas franjas
horarias de entrada y salida de aquellos empleos que así lo permitan.
La subcomisión
creada a instancia del PP, PSOE y CIU considera —después de nueve meses de
consultas a infinidad de expertos— que «todos estos aspectos incidirían
favorablemente en la conciliación de todas las personas, permitiendo disponer
de más tiempo para la familia,
la formación, la vida personal, el ocio y
evitando tiempos muertos en nuestra jornada laboral diaria». Está demostrado
—señala Nuria Chinchilla— que la conciliación laboral y familiar «aumenta hasta
300 veces la productividad de las personas, mejora
la competitividad y baja el fracaso escolar».
Tener en cuenta a los niños
El objetivo de
la subcomisión, según reza el informe, es que «España converga con Europa en
muchos aspectos en los que hoy está sumamente alejada, particularmente en productividad, conciliación
y corresponsabilidad».
Para Almudena
Escorial, coordinadora de Relaciones Institucionales de Save the Children, otra
de las instituciones consultadas por esta comisión, la conciliación además es
«un derecho del niño» y
una «herramienta de protección de la familia». «No podemos seguir sacrificando
el tiempo que deben pasar los padres con sus hijos, ni siquiera por la crisis
económica. Ningún niño debería quedarse sin los cuidados necesarios de sus padres por una cuestión
económica», señala Escorial, quien insiste en que hay que pensar la
conciliación «siempre desde el punto de vista del niño».
«Muchas veces se plantea como solución las guarderías pero con
horarios desde las diez de la mañana hasta las diez de la noche. Ese no es un
enfoque de conciliación desde el enfoque del niño», recuerda.
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