Varias sentencias consideran que los
suicidios de trabajadores eran accidentes laborales.
Son casos en los que está claro el
vínculo entre el suceso y las condiciones de trabajo.
Sin embargo, la depresión y los
trastornos de ansiedad ni siquiera están incluidos en la lista de enfermedades
profesionales.
Ana Requena
Aguilar
- Madrid
Edemiro trabajó durante años en una
empresa de transportes como conductor de autobús. En varias ocasiones acudió a
la consulta de su médico por dolencias que, según los diagnósticos, estaban
relacionadas con el estrés laboral. Desde que participó en una huelga en su
empresa, durante la cual fue detenido, la compañía tomó medidas judiciales
contra él que, finalmente, quedaron en nada. Sí le abrieron unexpediente disciplinario. Desde
entonces, Edemiro presentó problemas de ansiedad y causó varias bajas por ello.
Una vez que volvió a su puesto solicitó incorporarse al turno de mañana, que le
fue denegado, y volvió a causar baja por ansiedad. A los pocos días, se
suicidó en su domicilio. Tres años después, el Tribunal
Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) consideró que su suicidio era un
accidente laboral.
Es uno de los casos,
aún pocos, en los que la justicia ha fallado que los suicidios de los
trabajadores estaban vinculados con situaciones propiciadas por las empresas y eran, por tanto, accidentes
laborales. Este mismo año, el Tribunal Supremo confirmó la sentencia del
Tribunal Superior de Justicia de Andalucía.
Las estadísticas no registran estos casos. De los 471.223
accidentes laborales con baja que se registraron en 2012, la estadística señala
que solo 590 se produjeron como consecuencia de daños psicológicos
"debidos a agresión y amenazas". Ninguno de ellos fue mortal y solo
cinco fueron considerados graves.
La depresión y los
trastornos de ansiedad no están ni siquiera recogidas en el listado de
enfermedades profesionales que elabora la Seguridad Social.
"Se tratan siempre como enfermedad común, nunca como laboral. En los
mejores casos se considera accidente laboral. Es la siniestralidad silenciada, los
riesgos psicosociales apenas se evalúan ni se prevén, las empresas consideran
que es algo que el trabajador ya trae de casa. Eso hace más difícil que luego
pueda determinarse si un suicidio es un accidente laboral", afirma la
secretaria de Salud Laboral de UGT, Marisa Rufino.
Al menos otras
cuatro sentencias de
los últimos años, en Cataluña, Madrid, Extremadura y País Vasco, han
considerado que había una relación causal entre los suicidios y la realización
del trabajo.
Casos
extremos
"Son casos muy
extremos, es algo que se hace por propia voluntad, al contrario de otras cosas
que pueden suceder, como un golpe con una máquina, y en lo que suelen influir
muchos factores. Por eso, la justicia tiende a ser restrictiva en la interpretación y los casos en lo
que se el suicidio se considera accidente laboral son extraordinarios",
explica Enrique Ceca, socio de Ceca Magán Abogados. El abogado señala que para
que estos casos puedan ser considerados accidentes de trabajo no basta con
acreditar que la persona afectada estaba sujeta a estrés en su puesto, sino que
la empresa contribuyó a ello. "Muchas profesiones están sometidas a estrés
pero no por ello en todos los casos el empresario ha influido en ello directamente",
matiza Ceca.
La secretaria de Salud
Laboral de UGT lo confirma: "Se tiene en cuenta si esa persona tenía algún
tipo de enfermedad o trastorno mental previo, si es así es más difícil; sí
suele considerarse como tal si las condiciones de trabajo o un incidente
laboral fueron los que desencadenaron los trastornos". Rufino asegura que
normalmente, estos trastornos están relacionados con una mala organización del
trabajo, como sucedió en el caso de France Télécom.
En cualquier caso,
Rufino especifica que en estos casos las familias tienen que acudir a la Justicia si quieren que
el suicidio de su familiar sea considera accidente laboral; las mutuas nunca lo
reconocerán como tal.
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