83.000 procesadores del computador más potente no
desbancan al cerebro en potencia
Simular el
cerebro humano es algo tan complicado, que incluso uno de los súperordenadores más poderosos del planeta apenas
pudo hacerlo después de haber procesado
datos por un espacio de cuarenta minutos, con un resultado equivalente a un
solo segundo de actividad cerebral. El superordenador en cuestión es el Fujitsu K,
un «exprimer puesto» en la lista TOP500, y la tarea requirió de casi 83 mil procesadores.
El silicio ha registrado avances espectaculares en los últimos
años, pero desde varios puntos de vista, el
mejor ordenador sigue estando entre nuestras orejas, de allí surge el
enorme interés asociado a estudiar su funcionamiento. Si bien los expertos ya saben
cómo enfrentar un proyecto de simulación cerebral, lo cierto es que el poder de
procesamiento para hacerlo no está disponible, un dato llamativo si tenemos en
cuenta que hay superordenadores que ya tienen como meta superar la barrera de
los cien petaflops. Tomemos por ejemplo al superordenador K, creado por
Fujitsu. En su momento, K se quedó con el primer puesto de la lista TOP500, y
gracias a sus diez petaflops, aún se mantiene en el cuarto lugar. Sin embargo,
al ser enfrentado a este proyecto de simulación, el súperordenador K apenas
logró reproducir el equivalente a un segundo de actividad cerebral… después de
masticar números por cuarenta minutos.
De acuerdo a los investigadores que participaron de la
simulación, se utilizó un total de 82.944 procesadores de los que tiene K a su
disposición, para crear una red de 1.730 millones de células nerviosas,
conectadas a 10,73 billones (nuestros billones) de sinapsis, en ambos casos
virtuales. La simulación, basada en el software open source NEST, tuvo a su disposición
cerca de un petabyte de memoria RAM. Estamos hablando de recursos de hardware
escalofriantes comparados con sistemas personales, pero a pesar de estos
números, la simulación sólo
llegó a representar el 1 por ciento de la red neuronal en el cerebro humano.
Los investigadores dejaron en claro que el objetivo principal no era descubrir
nueva información sobre la actividad cerebral, sino que recurrieron a este
modelo para poner al prueba tanto las capacidades del entorno de simulación
como del propio súperordenador K.
Si obedecemos a los números en forma
lineal, serían necesarios cien sistemas K para igualar a la red neuronal del
cerebro humano, y aún así, habría muchas imprecisiones por corregir. Después de
todo, las conexiones de las sinapsis fueron aleatorias.
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