F. EXPOSITO 01/09/2013
Contratos
temporales, de baja cualificación y marcados por la estacionalidad son rasgos a
los que se han tenido que acostumbrar los jóvenes en un mercado laboral que
excluye más a las mujeres que a los hombres y que ha precarizado su presente,
pero también su porvenir. Si hay un colectivo que está siendo especialmente
afectado por la crisis económica es el de los jóvenes, que han visto desde el
año 2007 cómo eran excluidos más que otros tramos de edad de un mercado laboral
que no ha dejado de destruir puestos de trabajo, pero que ha apuntado
especialmente a los menores de 30 años, tuvieran o no capacitación profesional.
Solo hay que analizar el último informe sobre el mercado de trabajo de los
jóvenes, elaborado por el Servicio Público de Empleo Estatal en Córdoba, que
muestra que desde el año 2007, cuando la cifra de jóvenes afiliados a la Seguridad Social
llegó a 68.898 trabajadores, se han perdido en la provincia 24.581 inscritos y
el número ha caído hasta los 44.317 empleados. Esta reducción del 35,6% supera
ampliamente la disminución que se ha producido en el conjunto de la afiliación
a la Seguridad Social ,
que ha sido del 10,2% al pasar de 306.685 inscritos a 275.184. A esto hay que
unir también el fuerte incremento del paro entre los menores de 30 años, que ha
crecido un 91,8% desde los 12.755 desempleados que había en el 2007 a los 24.465 que se
registraban en las oficinas del Servicio Andaluz de Empleo (SAE) al término del
2012. Por ello, el Ministerio de Empleo asegura que este colectivo deber ser
"absolutamente prioritario" en la adopción de medidas que faciliten
su vuelta o su inserción en el mercado de trabajo". En este desfavorable
panorama los problemas crecen aún más entre las mujeres por el tipo de
contratos que se hacen y las actividades que demandan más empleo en la
provincia. Así, durante el pasado año seis de cada diez contratos se hicieron a
hombres, mientras que solo el 38,3% fueron para mujeres, una tendencia que se
acentúa más entre los menores de 30 años que en el conjunto de la población,
donde el 58,7% de los contratos son para hombres y el 41,2% para mujeres.
Desde el inicio de la crisis no ha dejado de crecer la
temporalidad de los contratos, que ha pasado del 94,9% de finales del 2007 al
97,3% que alcanzó al término del 2012. De los 118.519 contratos que firmaron
jóvenes cordobeses, solo 3.414 fueron de carácter indefinido. Esta elevada
temporalidad provoca una gran rotación que lleva a los trabajadores a que
entren y salgan del mercado laboral. Durante el pasado año hubo en la provincia
402 jóvenes que firmaron más de 15 contratos y 723 que tuvieron entre 11 y 15.
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