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MADRID, 18 Mar.
(EUROPA PRESS) -
Un nuevo estudio, basado en el análisis de los datos de 72 estudios en los que
han participado 600.000 personas de 18 países, ha puesto en cuestión los
beneficios cardiovasculares de los ácidos omega 3 y omega 6 y los perjuicios
del consumo de grasas saturadas en la prevención de las enfermedades de
corazón.
"No hay suficiente
evidencia para decir que una dieta rica en grasas poliinsaturadas y baja en
grasas saturadas reduce el riesgo de enfermedad cardiovascular", concluye
el profesor Jeremy Pearson, director médico asociado de la Fundación Británica
del Corazón, que ayudó a financiar el estudio.
Un equipo internacional de
investigadores dirigido por la
Universidad de Cambridge (Reino Unido) ha demostrado que la
evidencia actual no apoya las directrices que restringen el consumo de grasas
saturadas con el fin de prevenir las enfermedades del corazón además de ver
apoyo insuficiente a las directrices que abogan por el alto consumo de grasas
poliinsaturadas (como los ácidos grasos omega 3 y omega 6) para reducir el
riesgo de enfermedad coronaria.
De hecho, ha encontrado
una débil asociación positiva entre los ácidos palmítico y esteárico
circulantes, que se encuentran principalmente en las grasas de aceite de palma
y de los animales, respectivamente, y las enfermedades cardiovasculares, pero
también ha detectado que el ácido margárico circulante (una grasa láctea)
reduce significativamente el riesgo de patologías cardiovasculares.
Este estudio, que se
publica este martes en la revista 'Annals of Internal Medicine', plantea así
interrogantes acerca de las actuales directrices que generalmente restringen el
consumo de grasas saturadas y fomentan el consumo de grasas poliinsaturadas
para prevenir enfermedades del corazón.
Curiosamente, estos
científicos encontraron que los diferentes subtipos de ácidos grasos omega-3 y
omega-6 tenían diferentes asociaciones con el riesgo coronario, con alguna
evidencia de que los niveles de ácidos eicosapentaenoico y docosahexaenoico,
dos tipos principales de ácidos grasos poliinsaturados omega-3 de cadena larga,
y el ácido araquidónico, un ácido graso omega-6, están cada uno asociados con
menor riesgo coronario. Estos hallazgos cuestionan las pautas dietéticas
existentes que se centran principalmente en la cantidad total de grasa saturada
o insaturada en lugar de las fuentes de alimentos de los subtipos de ácidos
grasos.
Además, cuando los autores
investigaron los efectos de administrar suplementos de ácidos grasos omega-3 y
omega-6 en la reducción de la enfermedad coronaria en ensayos aleatorios
controlados, no encontraron ningún efecto significativo, lo que indica una
falta de beneficios de estos nutrientes.
"Son resultados
interesantes que potencialmente estimulan nuevas líneas de investigación
científica y fomentan una cuidadosa reevaluación de nuestras guías
nutricionales actuales", subraya uno de los autores principales de este
metaanálisis, Rajiv Chowdhury, de la Universidad de Cambridge.
En general, estos
investigadores, que analizaron los datos de 72 estudios únicos con más de
600.000 participantes de 18 países, vieron que el total de ácidos grasos
saturados, tanto si se mide en la dieta o en el torrente sanguíneo como un
biomarcador, no se asocia con el riesgo de enfermedad coronaria en los estudios
observacionales. Al analizar los trabajos sobre el consumo de ácidos grasos
monoinsaturados totales y ácidos grasos poliinsaturados omega-3 y omega-6, no
hubo asociaciones significativas entre su ingesta y el riesgo cardiovascular.
http://www.infosalus.com/nutricion/noticia-estudio-cuestiona-beneficios-cardiovasculares-omega-omega-20140318091650.html
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