En el primer semestre de 2012 se
contabilizaron 3.300 siniestros, 4.000 menos que en el mismo periodo de 2008
La crisis
arroja cifras sorprendentes como las que hizo públicas recientemente la Junta
de Andalucía sobre la siniestralidad laboral. En Granada, en el primer semestre
del año, se han registrado 3.386 accidentes de este tipo en la provincia,
cuatro de ellos mortales. Los datos por sí mismos no arrojan luz sobre una
realidad que se alcanza tras compararla con los registros que se producían
antes del 'crack financiero'. En 2008, en los seis primeros meses, se
contabilizaron la friolera de 7.336 percances en el trabajo, once de ellos con
resultado de muerte. Conclusión: un 55% menos en cuatro años, o lo que es lo
mismo, 3.950 de diferencia entre entonces y ahora.
Los
registros del paro del INE se ajustan como un guante a las estadísticas
anteriores porque el desempleo ha aumentado en la provincia en esta etapa justo
el doble. Las personas sin trabajo suponían un 18,4% de la población activa
granadina hace cuatro años, mientras que ahora se sitúan en el 36,4%.
Los datos
hay que interpretarlos. Emilio Del Pino, responsable de Salud Laboral de UGT
Granada, señala que la siniestralidad ha descendido significativamente en los
últimos años en nuestra provincia debido, principalmente, a la menor actividad
económica, especialmente en la construcción y la industria, los dos sectores
con las peores tasas.
Se ocultan
los leves
Pero para
el representante sindical, en la «mejora» de los datos también ha influido
decisivamente la economía sumergida, que sin duda alguna oculta los accidentes.
«Un número importante de trabajadores no tiene protección», subraya. Y advierte
Del Pino que si no se implantan políticas de prevención en las empresas, por
considerarlas un gasto superfluo en vez de una inversión en materia de recursos
humanos, se corre el riesgo de que las tasas de siniestralidad vuelvan a subir
a los niveles anteriores a la crisis. El portavoz ugetista teme que el panorama
esté sirviendo de pretexto para relajar los sistemas de seguridad y vigilancia
en empresas.
«La Inspección
de Trabajo tiene que endurecer las medidas sancionadoras, ya que se está
detectando que cada vez más las empresas no comunican accidentes de trabajo
leves, sino que, a través de las mutuas, mandan a los trabajadores de reposo a
su domicilio sin reconocerles la incapacidad temporal, maquillando así aún más
las estadísticas», expresa el portavoz.
En su
análisis de la situación coincide María José López, de Salud Laboral de
Comisiones Obreras de Granada, quien explica que se están ocultando los percances
leves que se producen en el lugar de trabajo por miedo. Si se observan los
accidentes con resultado de muerte en España -cuyos datos no se pueden falsear-
las cifras no han bajado tan ostensiblemente. «Por ejemplo, tengo una chica
camarera que se lesionó gravemente un dedo. No lo tramitó como accidente
laboral porque estaba sin contrato, claro. Su jefe le dijo que se fuera a casa
a curarse y que a la vuelta, cuando se recuperase, volvería a su puesto. El
resultado es que se ha hecho daño en el dedo de por vida y además -cuando ha
regresado al negocio- le han comunicado que ha perdido el empleo. Ya la habían
sustituido», denuncia la sindicalista.
Las
muertes no bajan tanto
Para ella,
la situación, principalmente, es fruto de la reforma laboral aprobada el pasado
mes de julio por el gobierno de Mariano Rajoy. «Esa normativa incide
directamente sobre la salud de las personas trabajadoras y además provoca un
aumento de la falta de medidas y políticas preventivas como consecuencia de la
crisis. Lejos de crear empleo, está proporcionando un panorama negro para los
ciudadanos y ciudadanas jóvenes de este país que accederán a una vida sin
trabajo, sin la posibilidad de independizarse de su familia, ni poder
planificar su futuro...».
En opinión
de López, uno de los atropellos más palpables se encuentra en el control que
ejerce la nueva ley sobre el absentismo laboral de los trabajadores, lo que
vulnera claramente el derecho constitucional a la salud. «La reforma laboral
está obligando a las personas a acudir al puesto aún encontrándose enfermas, lo
que a su vez puede suponer riesgo para el resto de compañeros, en el supuesto
de que se tratase de una enfermedad infecto contagiosa, como por ejemplo una
gripe», apostilla.
Según el
Observatorio Estatal de Condiciones de Trabajo, en Andalucía, entre julio del
año pasado y el actual, han descendido los accidentes laborales un 14%, lo que
se sitúa en la media nacional, con un -16,3%