Varias escuelas británicas han sometido a menores de entre
13 y 16 años a tratamientos sin el conocimiento de sus padres
Ni sus padres
dieron su consentimiento, ni siquiera lo sabían. Varias escuelas del Reino
Unido sometieron a niñas de entre 13 y 16 años a tratamientos anticonceptivos
sin conocimiento paterno, según una encuesta que hoy publica The
Telegraph.
Las enfermeras escolares implantaron métodos anticonceptivos en
más de 900 ocasiones en los últimos dos años, según el estudio. A 7.400 menores de 15 años se les inyectaron o implantaron
anticonceptivos en clínicas de planificación familiar. Las enfermeras tienen
prohibido solicitar el permiso de los padres antes o informarles después si así
lo considera el estudiante, según las normas de confidencialidad del paciente,
por lo que sus padres no estaban informados.
A principios de este año, los padres de Southampton se
enfurecieron al descubrir que se estaban ofreciendo implantes a sus hijas. La
encuesta del diario británico revela que también colegios de Bristol,
Northumbria, Peterborough, Co Durham, West Midlands y Berkshire han realizado
estas prácticas, aunque podrían ser más ya que muchos centros no respondieron
alegando que la información violaría la confidencialidad del paciente.
Los implantes, que evitan
el embarazo hasta por tres años por la liberación de hormonas en la sangre, se
insertan en los brazos de las niñas. Las inyecciones son eficaces durante un
máximo de tres meses. En 20 ocasiones las niñas solo tenían 13 años.
Peter Saunders, director ejecutivo de la Confraternidad Médica Cristiana, recordó que
el sexo era ilegal para menores de 16 años en el Reino Unido y «facilitar
este comportamiento a espaldas de los padres es poco profesional e
irresponsable y moralmente incorrecto».
Anthony Seldon, maestro del Wellington College,
señaló: «Creo que la relación sexual es la relación más alta y más madura
espiritualmente que puede existir entre dos seres humanos. Cualquier cosa que
lo trivializa o lo trata como algo mundano o fácil, especialmente para los
jóvenes, está dañando su capacidad para crecer y desarrollar adecuadamente una
relación duradera de amor. Se devalúa el sexo, lo hace como una cosa normal y
cotidiana, como ir a un McDonald».
Aunque las tasas de
embarazo de adolescentes en el Reino Unido han caído a su nivel más bajo desde
1969, son alrededor de dos veces más altas que las de Francia y Alemania, y
cinco veces más que las de los Países Bajos.