La Comunidad logra minimizar los riesgos
gracias a la prevención y concienciación
En sólo una década, la Comunidad ha
pasado de suspender en materia de prevención de riesgos laborales a ser una de
las regiones más seguras para trabajar de todo el continente europeo. Así se
desprende de los índices de incidencia utilizados para determinar la
peligrosidad del desempeño de las labores profesionales.
El conjunto
de Alicante, Castellón y Valencia soporta en lo que va de año una media de 2.9
accidentes por cada 100 trabajadores, cifra que pulveriza el registro mantenido
en 2002, cuando la cifra era de siete por cada centenar de empleados. El número
es todavía algo menor en la provincia de Alicante, donde baja hasta el 2,7.
La gran
inversión y recursos destinados a la seguridad, así como la concienciación por
parte de los trabajadores -en la que juega un importantísimo papel la educación
en las edades más tempranas-, son algunos de los factores que más han influido
en este descenso.
Así lo
asegura Arturo Jiménez, director del Área de Responsabilidad Social Empresaria
de la Confederación Empresarial de la Provincia de Alicante. «Sin duda hay una
mayor cultura de la prevención en todos los ámbitos de la sociedad. Desde el
empresario hasta el asalariado», asegura.
La patronal
alicantina desempeña, junto a sus homólogas, un importante papel con su servicio
de formación e información basado en la preconsultoría y documentación para
facilitar el cumplimiento de la normativa que, desde 1995, regula la materia.
Desde su
creación en 2001, este departamento de Coepa ha atendido a un total de 2000
empresas. «Se trata de crear informes personalizados para que puedan satisfacer
los criterios de calidad y adaptarlos a cualquier necesidad de la empresa»,
explica Jiménez. Casi siempre se trata de pymes, precisamente el grupo que
menos medios tiene para cubrir este aspecto y donde la repercusión personal de
un accidente afecta todavía más que en corporaciones de mayor tamaño. «En una
pyme no suele haber departamentos creados a propósito para la prevención de
riesgos y suele ser una persona la que aglutina determinadas tareas a la vez.
Además, la cercanía con los empleados y el vínculo emocional que se crea hace
que un percance afecte de forma intensa al resto de las partes», recuerda.
La adecuación
a normas internacionales y la inversión en materiales cada vez más seguros
están en la base de un descenso que todavía sería mayor si no fuera por los
accidentes considerados no controlables. En estos se encuentran factores en la
mayoría de los casos externos a las empresas como las patologías no traumáticas
o los accidentes de tráfico, los cuales también forman parte de la estadística.
Consolidación
Según Arturo
Jiménez, el mayor esfuerzo debe estar ahora dirigido a la consolidación de
estos registros que nos mantienen por debajo de la media europea, donde el
índice en los últimos años ha rondado el 3,5%.
Una tarea a
la que la Generalitat contribuyó el año pasado con una dotación de 1,1 millones
de euros para la realización de estudios e investigaciones técnicas, la
elaboración de manuales y guías prácticas de evaluación y gestión, así como la
edición de programas divulgativos en materia de prevención de riesgos laborales
y aumento de la seguridad en el trabajo.