(EUROPA PRESS) -
La subdirectora de la Dirección General
de Ordenación de la
Seguridad Social , María Teresa Quílez, rechaza la aplicación
de "medidas drásticas" en la reforma de las pensiones y ha opinado
que no se va a encontrar "un modelo definitivo" ya que, a su juicio,
este debe adaptarse a los cambios demográficos y sociales que experimentará el
país en las próximas décadas.
Así se pronunció este jueves durante la conferencia 'Reforma del sistema de
pensiones: impacto económico' que impartió en el marco del seminario
'Envejecimiento activo y prolongación de la vida laboral', organizado por la Universidad Internacional
Menéndez Pelayo (UIMP) con el patrocinio del Ministerio de Empleo y Seguridad
Social.
"El problema vendrá a partir de 2030", subrayó Quílez, quien explicó
que la población activa española decrecerá en el futuro mientras que aumentará
el número de personas que superan los 65 años. Un hecho que, en su opinión,
provocará una "demanda importante" de pensiones, poniendo en riesgo
la "sostenibilidad" del sistema.
En este sentido, alertó de que España debe afrontar la reforma del modelo de
pensiones para hacerlo "viable" cuando Europa se encuentra en la
"mayor crisis financiera y económica desde su creación". "Es
necesario tomar la medidas con tiempo para que la población pueda
asimilarlas", añadió.
Para conseguirlo, apostó por la prolongación de la vida laboral, la
introducción de factores de sostenibilidad y el aumento de la contributividad.
Además, insistió en que el sistema de la Seguridad Social
requiere de "adaptaciones continuas" con el objetivo de conseguir
unas pensiones "sostenibles y adecuadas", según informa la UIMP en nota de prensa.
El seminario en el que participó Quílez analiza los sistemas europeos de
protección social y su viabilidad en el actual contexto de crisis económica y,
coincidiendo con el Año Europeo del Envejecimiento Activo, aborda cuestiones
como la prolongación de la vida laboral y sus implicaciones para el sistema de
Seguridad Social español.