Córdoba
hierve en la calle contra los recortes de Rajoy
UGT y CCOO anuncian su
disposición a una huelga general después del verano. La marcha fue plural y
multitudinaria
Córdoba hirvió ayer en la protesta
ciudadana contra los recortes aprobados por el Gobierno de Mariano Rajoy.
Hirvió por la temperatura, ya que el termómetro de la plaza de las Tres
Culturas marcaba 44 grados cuando todavía no había salido la manifestación, e
hirvió por la enorme concentración de gente que acudió a la protesta convocada
por los sindicatos UGT y CCOO, a la que se sumaron otras muchas organizaciones.
Una manifestación que era varias en una: la de los sindicatos de
clase, la del sindicato mayoritario de los funcionarios, CSIF, la de otros
sindicatos como CTA, que iban "juntos, pero no revueltos", en
palabras de Francisco Moro, y la CNT, que ocuparon la parte final de la marcha,
separados del tronco por la incansable batucada. Era la del 15-M, que llevaba
su pancarta, era la de partidos políticos como PSOE, IU, PCE y Equo, era la de
la Universidad, la de sindicatos de enseñanza como ANPE y Ustea, la de la
Mancomunidad del Guadiato, la de los mineros, la de las empresas públicas
(ahora agencias) andaluzas, la del Consorcio Provincial de Prevención de
Incendios, la de los sindicatos policiales, la de los trabajadores del Imdeec o
la Gerencia de Urbanismo, la de la plantilla del Aeropuerto, la de la plantilla
de la Seguridad Social (que, modélicamente, agrupaba a los sindicatos CCOO,
UGT, CSIF y USO en la misma pancarta), la de los bomberos, la de sanitarios que
iban sin cartelería. Y especialmente la de la Plataforma de Organizaciones
Sociales, que agrupa a una treintena de colectivos y de la que fue portavoz el
presidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos, José Rojas.
Pero, sobre todo, era la manifestación de las gentes anónimas,
de cordobeses normales y corrientes, con o sin bandera, familias con niños,
abuelos, un río de gente que fue llegando al punto de salida. Y, dado el corto
recorrido de la manifestación, muchos no lo acabaron entero, porque cuando la
cabecera estaba llegando a Vallellano todavía iba la cola por los Jardines de
los Patos.
GUERRA DE CIFRAS ¿Cuántos eran? Pues 15.000 según la cifra
facilitada por la Subdelegación del Gobierno con cálculos de las policías Local
y Nacional, y 40.000 según el dato final facilitado por los convocantes, que
inicialmente hablaban de 30.000. La cifra se amplió con la siguiente reflexión:
"Si en los conciertos de la Noche Blanca del Flamenco se llenaba República
Argentina y el Ayuntamiento estimaba 25.000 asistentes, ¿cómo pueden decir que
son menos si había gente en la calle Mozárabes y llegando a la plaza de la
Medina Luna?". En cualquier caso, muchísima gente, una de las
manifestaciones más multitudinarias de Córdoba.
Multitudinaria y cívica, sin incidentes. Incluso la presencia de
cargos socialistas, discutida por buena parte de los manifestantes (y hasta el
secretario general de UGT, Antonio Fernández, recordó a la Junta de Andalucía
que no puede ser sumisa a las políticas de ajuste), se mantuvo sin reproches. Y
eso que algunas de las concentraciones anti-recortes previstas para hoy van
contra la Junta de Andalucía.
La marcha culminó en la avenida Conde de Vallellano, delante de
la Subdelegación del Gobierno, pero sin acercarse a la misma. Algunas
organizaciones, como el CSIF, no se quedaron a los discursos. Allí, una
multitud silenciosa escuchó las intervenciones de José Rojas (AAVV), Antonio
Fernández (UGT) y Rafael Rodríguez (CCOO). Estos dos últimos insistieron en que
hay que mantener la movilización, esa creciente concienciación ciudadana para
"conseguir esos derechos que nos están robando" y "doblar el
brazo a estos salvajes" y evitar medidas "salvajes" que están
afectando a todos los ciudadanos, salvo a la iglesia y a los poderosos,
"que son los que gobiernan", en palabras de Fernández. Ambos
confirmaron su convicción de que en septiembre tendrán que convocar huelga general
para seguir presionando