Las concentraciones más elevadas se
encontraron a 130
kilómetros de la costa
BARCELONA, 11 Jun.
(EUROPA PRESS) -
El accidente de marzo de 2011 en la central nuclear de Fukushima hizo aumentar
casi cien veces por encima de los niveles previos la presencia de estroncio
radiactivo en la costa este de Japón, según un estudio realizado por
investigadores del Instituto de Ciencia y Tecnología Ambientales (Icta) y de la Universitat Autònoma
de Barcelona (UAB).
Según los datos recogidos
sobre el terreno, la presencia del estroncio 90 de fondo era de 1,2
becquerelios por metro cúbico antes del tsunami que provocó el colapso de la
nuclear, mientras que las concentraciones posteriores alcanzaron los 85
becquerelios, ha informado este martes la UAB en un comunicado.
Asimismo, la presencia del
estroncio 89, que tiene un periodo de semidesintegración de 50 días, llegó a
alcanzar los 265 becquerelios por metro cúbico, lo que los científicos
consideran una "prueba evidente" de que en los tres meses posteriores
al accidente se vertieron al Oceáno Pacífico entre 90 y 900 terabecquerelios de
estroncio 90.
Los científicos
comprobaron que las concentraciones más elevadas de este elemento se
encontraron a 130
kilómetros de la costa, al norte de la corriente de
Kuroshio, una barrera natural que impidió que el material radiactivo se
transportara hacia latitudes más bajas.
En términos globales, el
vertido entre marzo y junio de 2011 supuso un incremento de radioisótopos en
los océanos de menos de un 1%, reconocen los investigadores, aunque también
apuntan que el impacto en la zona de estudio fue "muy evidente" y
demuestra la necesidad de continuar analizando el sector para evaluar posibles
consecuencias en la fauna y la flora costeras.
"Después de junio de
2011 se han producido otros vertidos importantes de estroncio procedentes de
Fukushima que no se han determinado con precisión", ha indicado el
investigador del Icta y coordinador del trabajo, Pere Masqué.
Los científicos consideran
que tras el accidente sí se realizaron seguimientos exhaustivos de la presencia
en el medio marino de yodo y cesio, pero no de estroncio, por lo que destacan
que su investigación suple una carencia que existía hasta la fecha.
El trabajo "sirve
como punto de partida para otros estudios en marcha actualmente", ya que
la presencia de radioisótopos se mantendrá durante décadas y ello permitirá que
se utilicen como herramienta para trazar la dinámica de las corrientes marinas
del Pacífico Norte.