jueves, 26 de julio de 2012

COLECCIONABLES: TESTIGOS DEL MOBBING. LOS TESTIGOS CÓMPLICES Y TESTIGOS MUDOS


Testigos del mobbing. (12)

No podemos dejar de insistir que los Testigos Cómplices son la pieza fundamental en el entramado del mobbing.

El  acosador, no actúa solo.
Para que este plan  se lleve a buen puerto es necesario contar con la ayuda de otros que remen a sus órdenes.

Él es el capitán general, eso si pero, ¿Qué sería de él si no contase con un ejército leal que aplaudiese su gesta?.

El Acosador es un Depredador que  Necesita Público.
Un público  al que mostrar su presa que no es una presa cualquiera es una presa codiciada: Una víctima con prestigio profesional, insumiso, brillante y con capacidad de decisión propia y con este alarde de fuerza conseguirá el  apoyo incondicional cimentado en el miedo y en silencio de los corderos, testigos cómplices o testigos mudos.
Esos apreciados compañeros que callarán e incluso disfrutarán del espectáculo son conscientes de lo injusto del castigo, del crimen que sus conciencias humanas se resisten a aprobar.
Pero todo tiene solución.  Se convertirán  en la correa de transmisión de la  falsa rumorología de un experto en la manipulación  que no se molestarán en contrastar para contribuir  a la desacreditación de la víctima y de paso acallarán sus conciencias con un El se cavó su propia tumba.
Y a seguir durmiendo que mañana hay que madrugar.
Con estos apreciados e incondicionales compañeros  en otros tiempos  hemos ido comer, o incluso a la comunión del peque y con ellos hemos celebrado la cena de Navidad de la empresa.  Cena entrañable, donde las haya.
Ahora son los que jalean al hostigador y por supuesto desde el primer momento se han colocado del lado del que golpea,

¿Por Qué?, por las más variopintas razones:
Unas veces porque tienen miedo, otras veces porque le deben favores, otras porque esperan el premio de quien están seguros será el ganador  en esta contienda  y otras muchas porque les gusta esto del espectáculo detrás de la barrera.
Sea por lo que sea,  no quieren saber nada porque al fin y al cabo con ellos  no va.  Pero ahí se equivocan.   El agresor es un criminal en serie.  Cuando acaba con uno empezará con otro.  En mi consulta muchas víctimas, cuando les pregunto si saben si este  hostigador tenía antecedentes me responden que algo habían oído de un caso anterior muy parecido o idéntico al suyo.
Por miedo, por cobardía dormirán con su enemigo.  Un enemigo con ansias de agredir al que se mueva, al que pretenda brillar más que él.  Golpeará al que un día le dé  un no como respuesta o mismamente al que pretenda ser diferente a él.
No es difícil anular al perverso.  Sólo hace falta no entrar en su juego, no aceptar su chismorreo.  No acceder a la orden  que impida hablarle o saludar a la víctima, por ejemplo.  Cortarle en definitiva,  los canales de transmisión que necesita para consolidar su plan.
¿Qué sucedería si en vez de escuchar atentamente y en silencio al perverso, se le cortase de raíz con algo así como…”A mi no me cuentes nada”?.  Otro gallo nos contaría.
El grupo social de la empresa debe revisar sus valores y rechazar todas aquellas conductas que son intolerables sólo así lo apartaremos y todos podrán respirar tranquilos
Eva Ventín  Lorenzo
Despacho laboralista