Agentes de Gendarmería y de Prefectura (Guardacostas) de
Argentina anunciaron hoy su intención de mantener la inédita protesta iniciada
esta semana mientras el Gobierno estudia sus reclamos laborales.
Los representantes de los agentes de las fuerzas de
seguridad entregaron esta madrugada al secretario de Seguridad, Sergio Berni,
un documento con sus demandas para que el Gobierno pueda analizarlas y dar una
respuesta que, según explicaron los manifestantes en asamblea, se podría
retrasar hasta el próximo martes.
"Lo único que queremos es un piso salarial de 7.000
pesos (unos 1.150 euros) y un sueldo en blanco", explicó hoy el gendarme
Raúl Maza, portavoz de los manifestantes.
Los manifestantes piden todo su salario en
"blanco" porque, al parecer, aunque son fuerzas de seguridad,
cobraban una parte "en negro".
El conflicto estalló el martes en protesta por un ajuste
salarial que supuso para miles de agentes recortes de entre el 30 y el 60 por
ciento de su sueldo.
La protesta, inédita en un país donde no se autorizan
movilizaciones de las fuerzas de seguridad ni de la policía, provocó el relevo
de 20 generales de las cúpulas de Gendarmería y Procuraduría.
En medio del silencio de la presidenta argentina, Cristina
Fernández, el jefe de Gobierno de Buenos Aires, el conservador Mauricio Macri,
llamó el miércoles al diálogo y pidió a las fuerzas de seguridad que depongan
la protesta en las calles.
El Parlamento instó también a los agentes a la búsqueda de
una solución pacifica.