domingo, 8 de julio de 2012

COLECCIONABLES: LA SOLEDAD DEL MOBBING.


La Soledad del mobbing. (3)

Me encuentro solitario cuando busco una mano y sólo encuentro puños.”
(Ralph Bunche)

¡Basta de silencios!¡Gritad con cien mil lenguas! porque, por haber callado, ¡el mundo está podrido!
(Santa Catalina de Siena)

Uno de los ingredientes del caldo de cultivo del mobbing es el silencio, el silencio de los corderos, de los bondadosos.

Es el silencio siempre, o casi siempre,  el que condimenta la violencia.

Por ejemplo, la violencia de género existió siempre  al amparo del silencio de la propia víctima, de los familiares, de los vecinos, de los amigos…

Y del silencio brota la soledad de las víctimas que para mi es la característica más desgarradora del mobbing.  Silencio y soledad van parejas.

La soledad traspasa los límites del centro de trabajo y se extiende en las  primeras fases hasta la familia y hasta el entorno social de la víctima.
Los amigos se cansan de este interminable lamento.  Nos damos cuenta de que podemos ser una molestia y empezaremos a quedarnos en casa o a salir solas.

Y estamos solas las víctimas y seguiremos solas en los servicios de salud mental, (reticentes a redactar nuestro informe psicológico), y estamos solas en la inspección de trabajo y estamos solos delante de la inspección médica cuya función es la de ahorrarle gastos al Estado y estamos solas cuando recibimos la sentencia que en la mayoría de las veces se dicta en contra nuestra y a favor de quien comete el delito.

Pero hay una soledad todavía más cruel y más cruel porque es la que sustenta el mobbing

La soledad del desprecio.  No hay más desprecio que no dar aprecio, decía siempre  mi madre. Y como decía Antonio Machado “Todo lo que se ignora, se desprecia

El pasado 21 de marzo celebramos una concentración en Vigo en su calle más céntrica, hecho que un par de días antes comunicamos a los medios como una de nuestras actividades para crear conciencia social.
Tan sólo un periódico gratuito se hizo eco de esta noticia y para eso salió mezclada con otras Concentraciónes que aquel mismo día se celebraron en Vigo.  Pero el motivo de la  aparición no era el acoso laboral sino lo movido que había sido el día en esta ciudad.

¿Por qué no vale nada nuestro testimonio?
El pasado día 22 se organizaron en la Universidad de Vigo, en el Campus de Ourense un seminario sobre mobbing o acoso laboral y se habló desde la perspectiva del derecho y desde la perspectiva de la psicología.  Cuando nos tocó a las víctimas ( yo como representante de AGACAMT) la mayor parte de los medios de comunicación ya no estaban y solamente uno habló en su crónica de esta asociación.

¿Por qué se nos menosprecia nuestra desgraciada experiencia cuando nuestro testimonio es el único que dice la verdad?
Él único que sirve para describir un crimen contra la humanidad.  Porque no es lo mismo conocerlo desde la teoría del ordenamiento que desde la realidad de todos y todas que lo padecimos.

¿No es suficiente la tragedia del suicidio de los acosados para poner fin a su tortura?
Lo más triste  es que no en pocas entrevistas los trabajadores del medio con la grabadora apagada te cuentan su caso o el caso de algún compañero o compañera que lo ha sufrido.
Participar como representante de AGACAMT en un foro universitario me parece muy importante porque es una manera de luchar desde la educación.  Lo que realmente me preocupa es esta soledad interesada que no es más que un síntoma.

¿Cuales son las respuestas?
Nuestra soledad y  el silencio de los otros sirven para acallar los remordimientos de los insolidarios, para sentirse menos cómplices o como cinto de seguridad.
Lo que no existe no me puede dañar.

El mobbing es un conflicto asimétrico en el que la parte acosadora tiene el poder.

El  poder de silenciarlo y de crear alrededor de la víctima la soledad  más negra y dejarla inerme para su defensa.

El poder de silenciarlo para que se ignore y se mantenga porque es lo que interesa para seguir cometiendo impunemente un crimen porque como decía Balzac “La ignorancia es la madre de todos los crímenes” .

Y nosotros tendremos que continuar la pendiente.

Seguiremos cayendo siete veces y levantándonos ocho porque a pesar de todo estamos comprometidos con la libertad.

EVA VENTÍN LORENZO
Despacho laboralista.