COLECCIONABLES
HERRAMIENTA
DE GESTIÓN DE RIESGOS PSICOSOCIALES (3)
GESTIÓN DEL ACOSO LABORAL
Protocolo de actuación
Introducción
El protocolo de
actuación que proponemos ha sido realizado por la Unión General de Trabajadores
(UGT) y está validado por el INSHT, estando incluidas en las Notas Técnicas de
Prevención (NTP) 891 y 892 denominadas, respectivamente,
“Procedimiento de solución autónoma de los conflictos de violencia laboral I” y
“Procedimiento de solución autónoma de los conflictos de violencia laboral II”.
Se trata de un sistema que posibilita a cada
empresa solucionar de forma autónoma la violencia laboral, sin tener que
recurrir a la tutela judicial si no se desea, promoviendo un clima favorable
que revierta en la mejora de la salud y la seguridad de los trabajadores y de
la propia organización.
La solución que aporta este procedimiento se
anticipa a los problemas derivados de la violencia, detectando los riesgos y
las situaciones conflictivas, gestionándolos internamente. Las aportaciones del
procedimiento en la actividad preventiva de la violencia laboral se resumen en
los siguientes puntos:
- Aproximación integral.
- Actuación participada,
negociada y coordinada.
- Gestión y solución autónoma
(extrajudicial).
- Depuración de
responsabilidades.
- Prevención proactiva.
- Atención a situaciones de baja
violencia.
- Orientación en el diagnóstico
preventivo.
- Identificación de factores de
riesgo.
- Recopilación de información y
documentación.
- Gestión interna, imparcial y
garantista de las denuncias.
- Flexibilidad, confidencialidad,
rapidez y eficacia.
- Orientación en las soluciones.
- Retroalimentación y aprendizaje
organizacional.
Orientaciones generales
A la hora de desarrollar el procedimiento se ha
de prestar atención tanto a su estructura como a su dinámica. En este sentido,
hemos de considerar una serie de orientaciones generales:
El procedimiento ha de integrarse en el Plan de Prevención de la empresa; no supone, por tanto, ninguna ruptura con aquello que ya la empresa debería estar realizando en materia de prevención. Se ha de partir de lo que ya existe intentando, en la medida de lo posible, evitar que se dupliquen procesos o estructuras.
El procedimiento ha de integrarse en el Plan de Prevención de la empresa; no supone, por tanto, ninguna ruptura con aquello que ya la empresa debería estar realizando en materia de prevención. Se ha de partir de lo que ya existe intentando, en la medida de lo posible, evitar que se dupliquen procesos o estructuras.
El procedimiento debe contemplar y recoger la
evolución que las situaciones de violencia suponen. Así no resulta efectivo un
planteamiento que actúe sólo como respuesta a denuncias puntuales, ya que,
normalmente, la violencia no es algo puntual, sino el resultado de una serie de
prácticas organizativas e interpersonales deficientes, que se van gestando en
el día a día. Las acciones violentas son el reflejo de lagunas en la actividad
preventiva de la organización.
El procedimiento debe examinar los diferentes
niveles que componen las situaciones de violencia laboral, por lo que ha de
plantear respuestas metodológicas diferentes y complementarias. Se trata de
desarrollar un sistema flexible, que disponga de recursos múltiples y variados.
Esto supone introducir herramientas orientadas a la detección, junto a otras
dirigidas al diagnóstico, la investigación, la intervención y la resolución.
El procedimiento ha de dar cabida a todos los
componentes de la organización, motivo por el que ha de ser participado,
conocido y compartido por todos.
Del procedimiento se deben derivar compromisos
claros y acciones efectivas que supongan una retroalimentación, tanto para el
sistema preventivo de la organización, como para el sistema de gestión del
personal y de los procesos organizativos.
Si no se actúa de forma preventiva, y en fases
tempranas, los daños pueden conducir a cuadros graves para la salud de los
trabajadores, y a un importante deterioro de la salud de la organización.
Atendiendo a esta evolución que tienen las situaciones de violencia, el
procedimiento consta de cuatro momentos básicos:
- Momento 1. Prevención proactiva
de la empresa.
- Momento 2. Detección temprana
de situaciones de riesgo de violencia laboral.
- Momento 3. Organización y
gestión de las situaciones de violencia.
- Momento 4. Respuestas de
solución desde la organización.
Para que la acción preventiva resulte eficaz se
debe poner en marcha el procedimiento completo; aplicar partes del mismo supone
poner parches puntuales al problema, pero no su solución. A continuación
analizamos qué tipo de respuesta propone cada uno de estos momentos al problema
de la violencia laboral. Presentamos finalmente, en el apartado “Anexos” una
serie de documentos que aportan un material eminentemente práctico y útil para
aquellas organizaciones que pretendan conseguir una gestión preventiva adecuada
de este tipo de riesgos.