La exposición a agentes biológicos de transmisión sanguínea es uno de los principales riesgos laborales que existen.
La
guía, redactada por un grupo de expertos de la Asociación Nacional de
Medicina del Trabajo de Ámbito Sanitario (ANMTAS), ha sido editada dentro del
programa editorial de Guías de buenas prácticas de la Escuela Nacional de
Medicina del Trabajo.
Y
es que, la Sanidad, por su actividad y relevancia social, constituye un sector
de atención preferente para los sistemas de prevención de riesgos
laborales. En concreto, los accidentes graves de trabajo ocurridos en
el medio sanitario representan el 11,6 por ciento del total de accidentes graves
del sector servicios, según fuentes del Ministerio de Empleo y Seguridad
Social, procedente del Sistema Delta.
Además,
en el año 2010 se registraron un total de249 siniestros laborales en el
medio sanitario, lo que le sitúa como la tercera rama de actividad de mayor
siniestralidad laboral dentro del Sector Servicios. Asimismo, del total de
estos accidentes, diferentes estudios especializados apuntan que el40 por
ciento están relacionados con la exposición a agentes biológicos.
En
lo que se refiere a enfermedades profesionales, excluyendo los trastornos
músculo-esqueléticos, las patologías causadas por agentes biológicos ocurridas
en el transcurso del cuidado de enfermos, con 229 casos declarados en
el último año, constituyen la segunda enfermedad profesional más importante en
España, por detrás de las dermatosis profesionales.
No obstante, a estos
números hay que añadir los diferentes impactos que dichos accidentes tienen a
nivel económico, por las bajas y el coste de los tratamientos y a nivel
personal y laboral sobre el individuo que los sufre y porque repercuten en la
propia seguridad del paciente.
Por
todo ello, la guía pretende ser un documento de consenso que permita abordar la
prevención y minimizar los efectos perjudiciales de este tipo de accidente
incidiendo en los aspectos prácticos de la vida profesional de los
profesionales sanitarios, poniendo especial énfasis en que
la incorporación de los dispositivos de seguridad biológica a la
práctica clínica deben de ir acompañados de medidas de mejora de los
procedimientos de intervención sanitaria sobre el paciente.
La
Guía ha contado con la colaboración de 11 autores pertenecientes a
los siguientes servicios de salud: SESCAM, SERMAS, ICS, SERGAS, SAS y
OSAKIDETZA, junto con profesionales de la Escuela Superior de Tecnología y
Salud de Oporto (Portugal), todos ellos coordinados por Sebastián Sánchez
Serrano, Coordinador Regional del Servicio de Prevención de Riesgos Laborales
del SESCAM.
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