lunes, 17 de septiembre de 2012

DIVULGATIVOS: DESEMPLEO PRODUCE EXPLOTACIÓN DE LA NIÑEZ MEXICANA


Expertos advierten que la falta de empleo y los bajos ingresos de los padres, genera que los niños salgan a trabajar.

CIUDAD DE MÉXICO0, 16 de septiembre.- Pocas veces el trabajo infantil, es una elección. Su principal motor, en la mayoría de los casos, se llama pobreza: ocho de cada diez menores que trabajan viven en familias de ingresos de hasta dos salarios mínimos.

Y mientras los adultos no tengan empleos bien pagados será difícil que niñas, niños y adolescentes puedan abandonar el mercado laboral en el que se exponen a múltiples riesgos, afirman a Excélsior expertos en infancia.

Seguirán en las minas y los campos agrícolas arriesgándose a terminar mutilados; a pescar infecciones en los basureros. O continuarán vendiendo chicles en una esquina susceptibles al clima y hasta la trata de personas.

De los 39 millones de mexicanos menores de 18 años, 21 millones son pobres, prácticamente dos veces la población total de Cuba.

Hoy, según datos oficiales, poco más de tres millones de niños, niñas y adolescentes entre cinco y 17 años realizan alguna actividad económica.

Lo que equivale a que toda la población de Uruguay, incluidos niños, jóvenes y adultos, trabajara.

Niños expertos en trabajo informal

La mayoría de los menores de edad obligados a trabajar lo hace en el ámbito agropecuario, lo hacen también en la industria manufacturera, en actividades de comercio, de servicio y de construcción.

De los niños trabajadores, 80 por ciento vive en familias con ingresos de apenas dos salarios mínimos y 65 por ciento son hijos o hijas de padres que estudiaron si acaso la primaria.

Para Nashieli Ramírez, directora de Ririki Intervención Social, la cifra que se desprende del Módulo de Trabajo Infantil publicado por el INEGI en 2009, es apenas la punta del iceberg.

La experta en infancia, adolescencia y sus derechos detalló que por lo menos seis millones de infantes se encuentran trabajando en México.

Lamentó que su trabajo no evitará que la pobreza y exclusión de sus familias se siga perpetuando por generaciones: 48 por ciento de los pequeñitos trabajadores no perciben más de dos salarios mínimos y a 40 por ciento, de plano, ni se les paga.

Son, eso sí, los que presentan el mayor rezago educativo y problemas de desarrollo físico.

Ven truncado su derecho a la salud y hasta el juego.