La mayor parte de la gente piensa que las enfermedades
cardiovasculares están relacionadas solo con la alimentación y la pobre
actividad física, sin tomar en cuenta la actividad laboral a que se dedican.
Factores como pasar sentado todo el día atrás de un escritorio, estrés, exceso
de trabajo, exposición a ciertas sustancias químicas, polución, pueden
contribuir a que nos enfermemos del corazón.
Escrito por Dr. Manuel Rivera
Castaneda /Cardiólogo
El tipo de labor que desarrollemos
está relacionada con la mayor o menor posibilidad de sufrir un accidente
cardiovascular.
¿Esto quiere decir que si yo trabajo como policía tengo un
riesgo a padecer del corazón diferente del que yo tendría si trabajara como
bombero? Veamos la evidencia recolectada.
Comenzamos hablando de los policías, el 22% de los accidentes
cardiovasculares en los policías ocurre durante su trabajo, al compararlos con
otro tipo de profesionales. Las prolongadas sesiones laborales, duros turnos,
alimentación inadecuada y estrés contribuyen a ello; como prueba de lo
anterior, traigamos a la memoria la noticia que apareció en el vecino país de
México, donde debido a que más del 40% de los policías que trabajaban en la
ciudad de Aguascalientes tenía sobrepeso, se implementó como política del
gobierno municipal para combatirlo premiar con 9 dólares por cada kilo de peso
que perdiera individualmente cada policía, ya que estos además de poner en
riesgo su vida estarían limitados en la persecución de los delincuentes y me
imagino que por el agrandamiento de su figura serían un blanco más fácil para
las balas de sus agresores.
Los bomberos, se sabe que el 45% de estos está propenso a
padecer de enfermedades cardiovasculares por la exposición al monóxido de
carbono y otras sustancias tóxicas.
Los oficinistas y recepcionistas generalmente tiene una rutina
sedentaria, lo que les aumenta el riesgo a desarrollar enfermedades cardiacas.
Pasar muchas horas sentado puede desencadenar una resistencia a la insulina y
otras enzimas que descomponen la grasa. Levantarse y caminar de vez en cuando o
desempeñar algunas tareas físicas de pie puede ayudar a evitarlas.
Los buseros tienen un mayor riesgo de desarrollar hipertensión
arterial, son sedentarios y no es necesario entrar mucho en detalle para
constatar la cantidad de estrés que estos manejan, y a la cantidad de estrés a
que nos exponen cuando nos atraviesan el bus donde y cuando quieren, creo que
es prudente detenerme, pues podría comenzar un tratado completo de quejas,
basta decir que un estudio demostró que el 56% de ellos tiene cifras de Tensión
Arterial elevada; y en general manejan cifras de colesterol elevado.
Las personas que trabajan por turnos como los médicos y las
enfermeras son más propensos a desarrollar enfermedades cardiacas y diabetes;
el reloj biológico se altera modificando el ritmo del corazón, el azúcar en la
sangre, la presión arterial y los niveles de insulina. Y quién de mis colegas
se atrevería a negar lo agradable de compartir una taza de café con un trozo de
pan de dulce durante los escasos minutos de sosiego que permite el trabajo
hospitalario.
No olvidemos que perder el trabajo también nos aumenta el riesgo
de accidentes cardiovasculares y cerebrovasculares, el hecho de perder el empleo
aumenta al doble el riesgo de tener un ataque al corazón, y nos hace más
propensos a sufrir de hipertensión arterial y diabetes.
Don Alcides, paciente muy apreciado por mi persona, me enseñó
que en esta vida: el primer lugar lo tiene Dios, luego viene la familia, sigue
la salud y por último el trabajo.
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