Una
institución apoya a los progenitores a fin de evitar la explotación infantil.
La mayoría de
los 30.000 niños, niñas y adolescentes trabajadores de la ciudad de El Alto se
dedica principalmente a ser voceador, recolector de plástico o aluminio y
vendedor de golosinas, según datos del Centro de Promoción de la Mujer Gregoria
Apaza.
María Esther Ibáñez, representante de esa oenegé, aseveró que los niños trabajadores pertenecen, en gran parte, a familias de bajos recursos económicos e, inclusive, desintegradas, por lo que se ven obligados a trabajar para ayudar a la economía familiar.
“Estamos conscientes de la situación de muchos niños alteños, por ello se desarrollarán acciones sociales, porque éstos están expuestos a un sinfín de riesgos al realizar este tipo de actividades”.
Ayer, se presentó la campaña de prevención y erradicación de las peores formas de trabajo infantil en El Alto y se entregó a las diferentes defensorías de la Niñez y Adolescencia cortos televisivos, cuñas radiales y gigantografías de sensibilización.
“Queremos que la problemática se conozca y los menores trabajadores conozcan sus derechos”.
Por su parte, la especialista en Trabajo Infantil del Ministerio de Trabajo Mabel Durán indicó que El Alto ya cuenta con un experto en trabajo infantil, quien se encargará de dirigir los talleres de socialización con los progenitores de los niños trabajadores, a fin de sensibilizar e informar sobre los riesgos de esa actividad.
“Vamos a conocer la problemática a fondo y así proponer soluciones reales para apoyar a este sector”.
la capacitación. María Esther Ibáñez explicó que el Centro Gregoria Apaza apoya a 120 padres de familia, que tienen hijos trabajadores, con becas de estudio en áreas técnicas, a fin de mejorar su economía y evitar el trabajo de los pequeños.
“Se les da cursos de formación técnica para promover que ellos trabajen y no lo hagan sus hijos. Por ejemplo se les brinda cursos de serigrafía o corte y confección. Algunos tienen pequeños negocios y la organización les ayuda a mejorar y fortalecer sus ventas con técnicas productivas”.
Asimismo, señaló, a las madres solteras se las capacita en confección de polleras, macramé y la elaboración de artesanías.
“Queremos que ellas produzcan y vendan para que los niños no tengan que trabajar ni exponerse a riesgos”.
Los cursos también benefician a los adolescentes. Actualmente, hay 300 en proceso de formación educativa. ”Los jóvenes irán a trabajar a diferentes empresas. Desde allí, la institución hará el seguimiento para verificar que los empleadores respeten los derechos de los menores”.
María Esther Ibáñez, representante de esa oenegé, aseveró que los niños trabajadores pertenecen, en gran parte, a familias de bajos recursos económicos e, inclusive, desintegradas, por lo que se ven obligados a trabajar para ayudar a la economía familiar.
“Estamos conscientes de la situación de muchos niños alteños, por ello se desarrollarán acciones sociales, porque éstos están expuestos a un sinfín de riesgos al realizar este tipo de actividades”.
Ayer, se presentó la campaña de prevención y erradicación de las peores formas de trabajo infantil en El Alto y se entregó a las diferentes defensorías de la Niñez y Adolescencia cortos televisivos, cuñas radiales y gigantografías de sensibilización.
“Queremos que la problemática se conozca y los menores trabajadores conozcan sus derechos”.
Por su parte, la especialista en Trabajo Infantil del Ministerio de Trabajo Mabel Durán indicó que El Alto ya cuenta con un experto en trabajo infantil, quien se encargará de dirigir los talleres de socialización con los progenitores de los niños trabajadores, a fin de sensibilizar e informar sobre los riesgos de esa actividad.
“Vamos a conocer la problemática a fondo y así proponer soluciones reales para apoyar a este sector”.
la capacitación. María Esther Ibáñez explicó que el Centro Gregoria Apaza apoya a 120 padres de familia, que tienen hijos trabajadores, con becas de estudio en áreas técnicas, a fin de mejorar su economía y evitar el trabajo de los pequeños.
“Se les da cursos de formación técnica para promover que ellos trabajen y no lo hagan sus hijos. Por ejemplo se les brinda cursos de serigrafía o corte y confección. Algunos tienen pequeños negocios y la organización les ayuda a mejorar y fortalecer sus ventas con técnicas productivas”.
Asimismo, señaló, a las madres solteras se las capacita en confección de polleras, macramé y la elaboración de artesanías.
“Queremos que ellas produzcan y vendan para que los niños no tengan que trabajar ni exponerse a riesgos”.
Los cursos también benefician a los adolescentes. Actualmente, hay 300 en proceso de formación educativa. ”Los jóvenes irán a trabajar a diferentes empresas. Desde allí, la institución hará el seguimiento para verificar que los empleadores respeten los derechos de los menores”.
3 meses duran los cursos técnicos que se imparten a progenitores
y adolescentes de El Alto.
Un estudio de la comuna paceña revela que el 11% de menores
vende dulces y cigarrillos en bares y cantinas e incluso realizan malabares en
las vías de la paz, arriesgándose a sufrir accidentes de tránsito.
Operativos
en El Alto
La Alcaldía
de El Alto realizará operativos en locales y empresas a fin de prevenir el
trabajo infantil.
SANCIONES
El Ministerio de Trabajo sancionará a los infractores y a aquellos que empleen y exploten a niños en horas de la noche.
SANCIONES
El Ministerio de Trabajo sancionará a los infractores y a aquellos que empleen y exploten a niños en horas de la noche.