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Creado en Viernes, 13
Julio 2012 12:15
Los empleados públicos vuelven a cortar por segundo día la
Castellana.
Los sindicatos convocan
protestas en todos los centros de trabajo de las Administraciones públicas.
Los
funcionarios no están dispuestos a rendirse y van a seguir dando la batalla.
Indignados por los recortes que el miércoles anunció el presidente del
Gobierno, Mariano Rajoy, los empleados públicos vuelven a manifestarse hoy
después de salir ayer a la calle para protestar contra lo que consideran un
"atraco" y una agresión del Gobierno: la pérdida de la paga de
Navidad y de algunos días de libre disposición, los llamados moscosos.
Convocados por los sindicatos a concentrarse a las once de la mañana a las
puertas de todos los edificios de las Administraciones públicas, unos 150
trabajadores han vuelto a cortar durante unos minutos los carriles centrales
del madrileño Paseo de la Castellana pertrechados de banderas y carteles en
contra de los recortes. En la Puerta del Sol se celebra a esta hora una
concentración.
En Valencia, unos doscientos funcionarios
de justicia se han concentrado frente a la sede a la Ciudad de la Justicia para
protestar contra los recortes a este colectivo al grito de "Manos arriba,
esto es un atraco". "Una vez más se demuestra que los políticos, sean
de un bando o de otro, cuando les aprietan el cinturón siempre nos aprietan a
nosotros", ha criticado el presidente autonómico de CSIF sector justicia,
Francisco José Cervera, quien ha lamentado que de un día para otro, quienes
decían que no iban a "tocar los sueldos" de los funcionarios,
acometan "una bajada de sueldo superior a la que hubo en 2010" con el
Gobierno de Zapatero.
Los empleados públicos tienen claro
contra quién arremeter. La sede nacional del PP en la calle de Génova de Madrid
fue ayer el lugar elegido por unos 200 funcionarios de Justicia por la mañana y
otro centenar por la tarde. También unos 300 funcionarios, en su mayoría
bomberos y policías, que se concentraron a las seis de la tarde frente al
Congreso de los Diputados, terminaron frente a la sede del PP, tras recorrer el
paseo de Recoletos y el paseo del Prado y hacer una sentada frente al
Ayuntamiento de la capital. "Rajoy te quiero, Rajoy, te adoro, y tengo tu
foto en el inodoro" o "el Gobierno da nuestro dinero a los
banqueros" fueron algunos de los lemas que coreaban los manifestantes.
En la Cámara baja se vivieron momentos
de tensión. Los concentrados rodearon el paso de dos vehículos oficiales que
salieron del Congreso, aunque no llegaron a producirse incidentes. Enseguida,
llegaron agentes de la Unidad de Intervención Policial (UIP), que no tuvieron
que actuar. Los asistentes decidieron de manera espontánea marchar hasta la
calle de Génova provocando cortes y problemas de tráfico en algunas arterias
importantes de la capital.
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Frente al Ayuntamiento, un grupo de
policías municipales protegió el edificio mientras los manifestantes hacían una
sentada. Hacia las siete y media de la tarde concluía la protesta después de
que el jefe de la UIP dijera a los responsables de la marcha que tenía órdenes
de disolver la concentración. "Si nos vamos es por vosotros" y
"esa UIP qué grande es", corearon a gritos los funcionarios mientras
se marchaban de la zona sin que se produjeran incidentes. Al poco el tráfico
quedó restablecido.
"Los funcionarios somos personas
como otras cualquiera", que comen y que tienen familias y gastos,
protestaban. La pérdida de la paga extra ha sido "la gota que colma el
vaso". "Mi paga de Navidad es para pagar el seguro del coche y la
hipoteca de mi hija, que aún siendo médico con dos especialidades no para de
hacer guardias para llegar a fin de mes", contaba María H., gestora
procesal en el Tribunal Superior de Justicia de Madrid. "Van a ahorrar de
nuestro dinero en lugar de meterse con el IBI de la Iglesia", afirmaba
indignada. "Que empiecen a recortar desde arriba", insistía otro
funcionario, mientras intentaba que los vehículos no avanzaran por el Paseo del
Prado.
María y Angelines (que prefieren no dar
su apellido) trabajan en la Agencia Estatal de Seguridad Aérea del Ministerio
de Fomento. La supresión de la paga, cuentan las funcionarias indignadas, les
toca de lleno sus bolsillos. "Nos van a quitar por lo menos 1.200
euros". Angelines se pregunta cómo va a hacer frente a la hipoteca que
ella paga sola. Las interrumpe otro funcionario. "¡Que dejen de comer
tantos jamones ibéricos, que comen demasiado de gratis!". Algunos de los
empleados públicos resumen su reacción al recorte de manera parca, y salen
corriendo: "Muy mal", "Estamos fatal". Otros alzan su voz
con rabia. Un funcionario que prefiere no identificarse explica que la
supresión de la paga en el caso de los altos cargos del funcionariado es
"una cortina de humo" que oculta "gratificaciones bajo
cuerda".
Las quejas se suceden. Los funcionarios
se lamentan de los estereotipos que los persiguen, de aquello de "vivir
como un ídem". María Constanza García, del Registro General de Fomento y
de 52 años, invita a que quienes los critican vayan a su oficina a realizar su
trabajo y se las apañen con el dinero que les pagan. García denuncia la
precariedad en la que deben desempeñar su labor, con oficinas de
"ordenadores antiguos y sillas rotas". Y son un eslabón importante de
una cadena en la que se reducirá el consumo, apostilla. Su caso no es
alarmante, asegura; no tiene hijos, "a Dios gracias".
Y siguen las historias de planes rotos.
Jaime, de 29 años, del Ministerio de Empleo, no podrá independizarse. "Yo
solo, imposible. Aun siendo funcionario". "El 50% de la gente de aquí
cobra 900 euros al mes. Es un desastre para ellos", se enfada Laura,
empleada pública en Marina Mercante. Que hay muchos funcionarios mileuristas es
algo que se debería saber, aseguran hasta enronquecer. "Gano 1.000 euros
ahora. Hace 20 años ganaba 100.000 pesetas. Nos han quitado un montón",
suspira otra funcionaria.
El primer día de trabajo en el
Ministerio de Empleo y Seguridad Social ha sido, cuando menos, extraño para una
chica de 29 años que acaba de aprobar las oposiciones, después de cinco años de
preparación. Las medidas aplicadas a los funcionarios no le parecen justas.
"He pasado mucho tiempo estudiando, con el coste que ello ha supuesto para
mi familia". No es una solución para la crisis, añade, ir minando los
derechos de los empleados públicos. "Nos congelan el sueldo hasta en
épocas de bonanza".
Rafael Aparicio no duda en dar hasta
sus datos, hasta el número de carné de identidad en un gesto de "aquí
estoy yo. No tengo nada que esconder". Es funcionario del Ministerio de
Agricultura y se enorgullece de haber acompañado a los mineros en las
protestas. Aparicio emite al hablar un continuo "ya basta".
"Primero fueron a por los mineros. Ahora van a estrangularnos a
nosotros", augura.
Sin embargo, los empleados públicos van
a dar la batalla. O así lo garantizan muchos. Las protestas se repetirán todos
los días al mediodía y a las seis de la tarde. UGT, CC OO y CSIF han convocado
una manifestación a las once de este viernes frente a la sede del Gobierno de
la Comunidad de Madrid, en la Puerta del Sol. Los líderes de cada organización
sindical estarán presentes. Alrededor del mediodía, los empleados públicos
prevén realizar distintas concentraciones a las puertas de sus lugares de
trabajo. CSI-F negocia un calendario de movilizaciones con UGT y CC OO, y
estará, previsiblemente, en a la gran manifestación del 19 de julio.