COLECCIONABLES
HERRAMIENTA
DE GESTIÓN DE RIESGOS PSICOSOCIALES (1)
Burnout
1.
Qué es
DEFINICIÓN
Es una patología derivada de la interacción del
individuo con unas determinadas condiciones psicosociales del trabajo. Maslach
lo define como "un síndrome de agotamiento emocional, despersonalización y
baja realización personal, que puede ocurrir entre individuos que trabajan con
personas".
Es preciso que en el desarrollo del trabajo se
dé un intercambio relacional intenso y duradero de trabajador - cliente,
trabajador-paciente o trabajador-usuario. Esta respuesta se da en trabajos de
"servicios humanos" de ayuda como la enseñanza, los servicios
sociales, los servicios sanitarios, etc.
SÍNTOMAS
Para caracterizar un Burnout, se deben
producir los siguientes sentimientos o síntomas:
- Agotamiento
emocional: Sensación
de agotamiento: sensación de no
poder da más de sí a nivel emocional.
- Despersonalización: Aparición de cinismo: actitud distante ante el trabajo, las
personas objeto del mismo así como los compañeros/as de trabajo.
Se produce un endurecimiento afectivo y sus conductas son vistas por los
usuarios de manera deshumanizada.
- Baja
realización personal en el trabajo: Sensación de ineficacia profesional: sensación de no hacer
adecuadamente las tareas y ser incompetente en el trabajo.Los
trabajadores se sienten descontentos consigo mismos e insatisfechos con
sus resultados laborales.
El burnout es un proceso
que surge como consecuencia del estrés laboral crónico en el cual se combinan
variables de carácter individual, social y organizacional. Se trata por tanto
de un síndrome con connotaciones afectivas negativas que afecta a los
trabajadores en distintos niveles (personal, social y laboral).
El síndrome del quemado puede producir los
siguientes efectos sobre las personas y su entorno laboral y social.
- Psicosomáticos:
- Cansancio hasta el agotamiento
y malestar general.
- Fatiga crónica.
- Alteraciones funcionales en
casi todos los sistemas del organismo.
- Dolores de cabeza, problemas de
sueño, úlceras y otros desórdenes gastrointestinales, pérdida de peso,
molestias y dolores musculares, hipertensión, crisis de asma, etc.
- De conducta:
- Conducta despersonalizada en la
relación con los alumnos.
- Abuso barbitúricos,
estimulantes y otros tipos de sustancias (café, tabaco, alcohol, etc.).
- Cambios bruscos de humor,
incapacidad para vivir de forma relajada, incapacidad de concentración,
superficialidad en el contacto con los demás, comportamientos de alto
riesgo, aumento de conductas hiperactivas y agresivas.
- Emocionales:
- Agotamiento emocional.
- Distanciamiento afectivo como
forma de autoprotección.
- Ansiedad.
- Sentimientos de culpabilidad,
impaciencia e irritabilidad, baja tolerancia a la frustración, sentimiento
de soledad, sentimiento de alienación, sentimientos de impotencia,
desorientación, aburrimiento, vivencias de baja realización personal,
sentimientos depresivos.
- Sociales y de relaciones
interpersonales:
- Actitudes negativas hacia la
vida en general.
- Disminución de la calidad de
vida personal.
- Aumento de los problemas de
pareja y familiares.
- Se tiende al aislamiento
social.
- Sobre la organización
- Disminución de la capacidad de
trabajo.
- Disminución del
compromiso.
- Bajo rendimiento y menor
eficacia.
- Mayor absentismo y una mayor
desmotivación, aumentan las rotaciones y los abandonos de la organización.
- Resulta muy afectada la calidad
del trabajo.
Aumento de los
conflictos con padres y alumnos.
Mientras que el estrés hace referencia a procesos
relativamente breves, el burnout es considerado la consecuencia de una
situación prolongada de desajuste entre las demandas y los recursos laborales.
Además, el burnout implica el desarrollo de actitudes negativas hacia el
trabajo y el estrés no necesariamente. No obstante, tanto estrés como burnout
son fruto de la falta de balance entre la demanda y la capacidad de respuesta
del individuo considerándose una consecuencia emocionalmente negativa en el
estado mental del trabajador.
Por otro lado, con respecto a la diferencia
entre burnout y fatiga se ha señalado que la recuperación de la fatiga por
parte del trabajador es relativamente rápida, mientras que la recuperación del
burnout es mucho más lenta y costosa emocionalmente. Así, la fatiga se define como
el resultado de la exposición a unas exigencias de trabajo durante un cierto
tiempo. Se traduce en una alteración temporal de la eficiencia funcional mental
y física de la persona y está en función de la actividad precedente. Es un
mecanismo regulador del organismo en cuanto que es indicador de la necesidad de
descanso para recuperar la capacidad habitual de respuesta. Puede ser de
distinta intensidad, desde ligera hasta el agotamiento y se recupera con el
descanso. La incidencia se da en el estado de alerta dándose una reducción en
la capacidad de atención y concentración. Finalmente, la fatiga suele ir
acompañada de sentimientos de competencia y realización personal, mientras que
el burnout conlleva una auto-evaluación negativa y sentimiento de ineficacia
laboral.
El burnout es consecuencia de la exposición a
estresores laborales. Esta interacción del trabajador con unas determinadas
condiciones laborales de riesgo puede provocar el síndrome, siendo, por tanto,
una consecuencia sobre la salud en la persona que se deriva del trabajo.
Es preciso que en el desarrollo del trabajo se
dé un intercambio relacional intenso y duradero de trabajador - cliente,
trabajador-paciente o trabajador-usuario. Esta respuesta se caracteriza más en
trabajos de "servicios humanos" de ayuda. No obstante, se ha
identificado en otros profesionales como directivos, mandos intermedios,
deportistas, entrenadores, etc.
La comunidad científica acepta conceptualmente
el planteamiento empírico de la tridimensionalidad del síndrome (Maslach y
Jackson, 1981), que se sintomatiza en cansancio emocional, despersonalización y
reducida realización personal.