El 13% de los
centros de trabajo de Extremadura presentan niveles altos de radón
Extremadura - La Unión Europea recomienda no superar una
concentración media anual de 400 Bq/m3 en el interior de viviendas ya
existentes, y los 200 Bq/m3 si son de nueva construcción.
Extremadura, junto a
Galicia y las provincias del Sistema Central, es una de las zonas de España
donde los niveles de radón son más elevados. Este gas radiactivo que emana del
suelo de forma natural se considera el segundo factor de riesgo para padecer
cáncer de pulmón, después del tabaco.
Para analizar su
presencia, un equipo de físicos de la Universidad de Extremadura (UEX) ha tomado 200
medidas de concentración de radón en 130 lugares de trabajo de esta comunidad,
desde centros de descanso y spas hasta museos, bodegas y aparcamientos.
Las conclusiones del
estudio, que publica el Journal of Environmental Radioactivity, reflejan que el
13% de los centros presenta niveles de radón superiores a 400 Becquerelios/m3.
Ese porcentaje se eleva al 16% en sitios que en principio no se consideraban de
especial riesgo, como tiendas, teatros, escuelas, oficinas, catedrales y
empresas de materiales de construcción. En el 18% de los centros han aparecido
valores de entre 200 y 400 Bq/m3.
En cualquier caso, el
estudio en Extremadura pone de manifiesto que numerosas instalaciones superan
esos límites. En dos museos de una pequeña ciudad se han alcanzado niveles de
radón de hasta 1.182 y 4.337 Bq/m3 respectivamente. “Estos datos aparecen solo
en algunas salas, y no en otras donde habitualmente están los trabajadores, con
niveles inferiores a 200 Bq/m3”, comenta Alejandro Martín, profesor de la UEX y coautor del trabajo.
El investigador
recuerda que el gas radón emana del suelo y, dependiendo de las grietas, la
topografía del terreno y la vivienda, así como de la ventilación, puede
dirigirse hacia un lugar u otro. De hecho no se han encontrado grandes
diferencias entre los datos registrados en instancias subterráneas y otras
elevadas o a nivel del suelo.
Para evitar sus
posibles efectos nocivos en los centros de trabajo, la recomendación de los
expertos es clara: “Una buena medida es ventilar durante unos diez minutos al
día las estancias donde se vive o trabaja, aunque cada lugar tiene sus características
propias que no hay que olvidar”, destaca Martín.
El equipo se ha
llevado algunas sorpresas al no encontrar niveles elevados de radón en
aparcamientos o bodegas, donde la media ha sido 68 Bq/m3. El estudio plantea
que los responsables de estas instalaciones las mantienen bien ventiladas para
evitar los problemas de concentración del monóxido y dióxido de carbono.
Los resultados revelan
que, en general, las zonas graníticas del noreste y centro de Extremadura son
las que presentan las concentraciones más elevadas de radón, por la naturaleza
misma de la roca. El granito contiene los isótopos radiactivos de uranio
que se trasforman primero en radio y luego en radón.
Los valores más altos
del gas, con diferencia (40.000 Bq/m3), se han detectado en una cueva de
interés turístico del norte de Cáceres. Los investigadores prefieren no
desvelar los detalles sobre su ubicación, pero sí confirman que la persona que
más tiempo permanecía en ella –la guía– ya solo lo hace para acompañar a los
científicos en visitas esporádicas y sin superar la dosis anual de radiación.
En este tipo de
cavernas la ventilación supone un riesgo para las espectaculares formaciones
geológicas que suele haber en su interior.
Para realizar el
estudio se han empleado cartuchos de carbón activo (cánisters, para medidas
rápidas en 48h) y detectores de trazas nucleares, unas películas de plástico
donde se puede contar el número de impactos del radón a lo largo de tres meses.
agenciasinc.es