No hay
empleos suficientes y los que se generan en la actualidad son de baja calidad.
La mayoría de ellos son con bajos salarios, por debajo del mínimo nacional, sin
beneficios sociales y sin derecho a la seguridad social, lo que se resume en
empleos sumamente precarios, afirmó el investigador, Bruno Rojas, de la Unidad
de Empleo y Derechos Laborales del Centro de Estudios para el Desarrollo
Laboral y Agrario (Cedla).
La versión
del Ejecutivo señala que en los últimos seis años se han generado aproximadamente
370 mil nuevos empleos, lo que es insuficiente ya que una gran parte de la
población aún está desocupada.
Los
analistas dudan de estas cifras porque en las grandes ciudades se observan a
centenares de jóvenes que concluyeron con sus estudios académicos o técnicos y
no encuentran una fuente de trabajo.
“Uno de los
aspectos en contra de las nuevas fuentes de empleo, es que los mismos son
eventuales, de corto plazo, por lo que los trabajadores no gozan de los
beneficios laborales establecidos por la Ley General del Trabajo”, indicó.
De acuerdo
con los últimos estudios, señaló que existen cuatro variables que miden la baja
calidad del empleo, mismos que actualmente enfrenta la población boliviana,
éstos pueden ser identificados en el trabajo eventual, los bajos salarios, la
carga horaria de trabajo y la falta de seguridad social.
“Una primera
variable está referida al inestabilidad laboral, que obstaculiza la permanencia
o continuidad del empleo, aspecto que se consolida en el mercado actual de
trabajo. Datos recogidos de la Encuesta Urbana de Empleo nos muestran que
alrededor del 50% de los empleos generados en el ámbito urbano: La Paz Santa
Cruz, Cochabamba y El Alto, son empleos eventuales, temporales e inestables en
general”, resaltó Rojas.
Explicó que
la segunda variable está referida a los salarios e ingresos laborales. En este
caso cerca al 65% de los trabajadores tienen ingresos por debajo del costo de
la canasta alimentaria básica, el mismo que fue estimado en Bs. 1.792 en el
2011.
“Los salarios
que se encuentran por debajo del valor de una canasta alimentaria básica,
sencillamente reflejan que los empleos actuales no garantizan ni el suministro
de los alimentos básicos para una familia”, sostuvo.
De acuerdo
con los datos de Rojas, el 33% de la población empleada, gana por debajo de un
salario mínimo nacional de Bs 815, que fue incrementado a Bs 1.000 en esta
gestión.
Los
trabajadores se encuentran en diferentes sectores, como el empresarial,
semiempresarial e informal, entre otros, y particularmente en el sector
doméstico como el que desarrollan las trabajadoras del hogar.
Rojas dio a
conocer que la tercera variable que denota la baja calidad del empleo está
referida a la seguridad social. Remarcó que sólo el 22% aporta al sistema de la
seguridad y de este sólo el 10% aporta regularmente; “la proporción de personas
ocupadas que no acceden a la seguridad social, a largo plazo no gozarán de una
jubilación, es este caso se habla de casi un 90%, q ue estaría en una situación
de desprotección social”, dijo.
Cuando
hablamos de desprotección social, el analista explicó, que las personas que no
tienen acceso al seguro, no podrán ser asistidas en caso de accidentes y otro
tipo de contingencias, que surjan a raíz del trabajo. Estas personas están
desamparadas, desprotegidas y con las limitaciones para acceder a los servicios
de salud”, argumentó.
La última
está referida a la jornada de trabajo. De acuerdo con la legislación laboral se
establece ocho horas de trabajo por día, lo que suman 48 horas semanales, sin
embargo, no se cumplen, en algunos casos las personas empleadas trabajan más de
50 horas semanales, que no son remunerados.
“El Estado
es el responsable del cumplimiento de los derechos en general, pero sobre todo
de los derechos laborales, sin embargo, no existen niveles de control que
favorezca el cumplimiento de los derechos laborales, lo que conlleva al
desmejoramiento del empleo y una mayor precariedad laboral”, concluyó.