ABC.ES/EFE / DUBLÍN
El
pueblo vota en referendum la supresión de una cámara que cuesta 20 millones de
euros al año
El pasado 23
de septiembre el Senado irlandés aprobó su autodestrucción. Con 33 votos a favor y 25 en contra, la Cámara alta respaldó una
propuesta gubernamental para eliminar esta instancia y ahorrar a los
presupuestos del país cerca de 20 millones de euros al año.El «sí» a la
eliminación parte con ventaja: la última encuesta del Irish Times reflejaba
una intención de voto del 62% a favor de la eliminación del Senado, por un
38% que optaba por mantenerlo.
Al tratarse de una nueva ley, elaborada por el Gobierno de
coalición que forman conservadores y laboristas, que al enmendar la Constitución , ésta
debe ser aprobada en referendum. Los colegios electorales han abrierto hoy
sus puertas a las ocho de la mañana (GMT) y cerrarán a las once de la noche,
mientras el recuento de los sufragios comenzará el sábado y se espera que el
anuncio del resultado final no se produzca a primera hora de la tarde de ese
día.
El Ejecutivo no
se ha centrado solo en las cuestiones económicas, sino que también ha criticado
su disfuncional estructura. Quiere prescindir de un órgano que considera
«elitista», «anticuado» e innecesario para un país con apenas 4,5 millones de
habitantes, que además está inmerso desde 2010 en un
programa de ayuda de la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional
(FMI) cuantificado en 85.000 millones de euros.
La supresión
del Senado no sería la única medida, sino que iría
acompañada de la eliminación de ocho de los 166 escaños de la Cámara Baja , cuya
nueva composición entraría en vigor después de las próximas elecciones
generales, previstas para 2016.
Como en todo,
también hay quien se opone. Y en este caso, los sectores contrarios a la
desaparición de la cámara alta advierten
de que el Gobierno podrá tomar decisiones sin el freno que imponen los
mecanismos de «control y equilibrio». El Ejecutivo ha querido tranquilizar
a los sectores críticos insistiendo en que se reforzará el papel de los comités
multipartitos parlamentarios.
Quien abandera
el bando contrario, es el Fianna Fail, el partido que más veces ha gobernado
Irlanda y ahora en la oposición como tercera fuerza política, se opone a la
eliminación del Senado, pues prefiere mantenerlo para someterlo a una profunda
reforma. Sin demasiado éxito, esta formación también ha cuestionado el ahorro
que supondría su abolición, al tiempo de que ha advertido de que la ausencia
de senadores «cimentaría el control absoluto» de cualquier Ejecutivo sobre la vida política irlandesa y
perjudicaría la democracia.
Establecido en
1937 en su actual forma, el
Senado tiene poderes para efectuar recomendaciones sobre un proyecto de ley y,
aunque no puede bloquearlo, puede retrasar el proceso durante un periodo de
hasta tres meses. El Gobierno sostiene que los mecanismos de «control y
equilibrio» del Senado sirven para muy poco y promete reforzar la vigilancia
sobre el Ejecutivo a través de los comités multipartitos del Dáil, cuyo número
está previsto que se amplíe de 12
a 14.
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