Efe | París
Siete de cada
diez franceses apoyan al ministro del Interior, Manuel Valls, en la deportación
la semana pasada de una alumna gitana de origen kosovar, pese a que ésta haya
puesto al Gobierno contra las cuerdas y
conseguido sacar a las calles a miles de estudiantes para
mostrar su rechazo.
El 74% de las
1.090 personas preguntadas por el instituto demoscópica BVA entre los pasados
jueves y viernes, según los resultados difundidos hoy, dicen aprobar la postura
de Valls en este caso, que le ha hecho acortar un viaje de trabajo a Guadalupe para
gestionar la crisis.
La niña
expulsada Leonarda Dibrani,
de 15 años, cursaba tercero en el colegio André Malraux de Pontarlier y se
dirigía con sus compañeros de clase y sus profesores el pasado 9 de octubre a
visitar la ciudad de Sochaux, cerca de la frontera suiza, cuando
fue detenida para,
posteriormente, ser deportada a Kosovo.
El 54% de los
sondeados no se declaran "sorprendidos" por la expulsión de esa joven, y otro
65%, según esos resultados, se oponen a que el Gobierno anule la expulsión y a
que la familia de la niña pueda volver a Francia. BVA precisa que, "algo
sorprendente para un ministro de izquierdas", el apoyo mostrado a Valls es
casi total entre los simpatizantes de derechas (89%), y más moderado entre los
de izquierdas, donde ese porcentaje se reduce al 57%.
El ministro va
a recibir hoy el informe encargado a la inspección general de la Administración para
determinar si hubo alguna falta en la expulsión de esa alumna, y está
previsto que el Ejecutivo galo tome una decisión sobre su regreso hoy o mañana
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