El Centro Europeo de Control de
Enfermedades duda que, de momento, el medicamento deba administrarse a varones
Cuatro años después de que empezaran las campañas de vacunación contra el virus del papiloma, la
iniciativa –muy polémica en sus comienzos por lo caro del medicamento y por
algunos supuestos efectos adversos que posteriormente se descartaron-
gana fuerza entre los expertos. El Centro Europeo de Control de
Enfermedades (ECDC por
sus siglas en inglés) ha emitido hoy un informe en el que se lamenta de la baja
cobertura que todavía tiene esta vacuna en los 19 países estudiados. Y afirma
que no hay dudas respecto a su seguridad.
En
España, la vacunación de las niñas no es uniforme, ya que las edades varían
entre comunidades. Pero la idea es unificarlas y que llegue a todas. El ECDC
aconseja vacunar a todas “entre los 10 y los 14 años, antes de empezar a
mantener relaciones sexuales”.
La vacuna del papiloma (hay dos en el
mercado, una contra dos tipos y otra contra cuatro) previene el cáncer de
cuello de útero y otros ginecológicos, que se deben al virus. Cada año se
producen unos 30.000 casos en la UE ,
y mueren 15.000 mujeres. En España, sin embargo, la mortalidad es mucho más
baja (667 casos en 2010, según el Instituto Nacional de Estadística),entre otros
motivos porque los programas de cribado (la citología o prueba de Papanicolau)
están muy extendidos. De hecho, la agencia sanitaria de la UE insiste en que la vacuna no
elimina la necesidad de estos controles (para empezar, las inmunizaciones son
solo contra unos pocos de los 150 relacionados).
El
centro de enfermedades también entra en el último debate sobre esta vacuna: si
debe darse también a niños. “Pese a los beneficios, los modelos económicos
actuales muetsran que incluir a los niños en los programas de inmunización no
parece que sea coste efectivo. Sin embargo, este asunto puede retomarse cuando
haya más datos y, sobre todo, si las vacunas se abaratan”, afirma el organismo.
De hecho, la idea de vacunar a los varones es doble. Por un lado, para
protegerles a ellos mismos de cánceres buco-faríngeos, del pene y anales. Por
otro, para que no sean vehículo de transmisión a mujeres. En EE UU, de hecho, se ha aprobado para niños.