R. Travesi / Burgos - lunes, 05 de noviembre de 2012
La crisis y la escalada del desempleo generan
miedo entre los que aún conservan su puesto de trabajo y es una de las causas
que está detrás del descenso del número de incapacidades temporales. Tanto que
está en mínimos históricos. Es curioso que a medida que los efectos de la
recesión eran más palpables se reducían las bajas laborales, que suelen estar
motivadas por una enfermedad común. Pero en lo que va de año, los procesos de
incapacidad en Burgos han bajado tanto que colocan a la provincia en la quinta de
España con menor incidencia de las bajas. En los seis primeros del año, la
Seguridad Social ha registrado 16,37 bajas por cada mil trabajadores por cuenta
ajena.
Son datos que están en el informe económico-financiero y que demuestran que Burgos se sitúa 2,7 puntos por debajo de la media de la Comunidad Autónoma y es 4,9 inferior con respecto al conjunto de España. El miedo a pedir una baja por una contingencia común está detrás de un descenso del 39% en los últimos cinco años. Las cifras de este organismo dependiente del Ministerio de Empleo recogen que la prevalencia de procesos de incapacidad temporal en la provincia burgalesa en 2007 era del 26,80 frente a los 16,37 en lo que llevamos de año. Es un 39% menos en este periodo, aunque la progresión viene de atrás puesto que en 2008 ya bajó hasta los 22 y la incidencia en 2011 fue inferior a 20. Pero, ahora, en el primer semestre de este ejercicio desciende otros tres punto y medio.
Una enfermedad común como un catarro o una gripe ya no es motivo para que muchos trabajadores se ausenten de su puesto en las empresas pero, además, el descenso de efectivos en las plantillas impide faltar mucho tiempo. Hay el temor a perder el empleo por la reiteración de este tipo de bajas leves y ya no existe el abuso que podía existir antes. A todo ello ha contribuido una reforma laboral, que entró en vigor en febrero, que facilita los despidos de los trabajadores que faltan reiteradamente a su puesto. Antes, las empresas tenían capacidad para despedir por causas objetivos (20 días por año trabajado) a los empleados que se ausentaran el 20% de las jornadas durante dos meses consecutivos o el 25% en cuatro meses discontinuos en un periodo de un año. Ahora, se han eliminado estos dos posibles casos.
Cambio de las mutuas. La Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) calcula que, con cifras de 2011, un millón de trabajadores falta cada día a sus empresas por enfermedad común o accidente laboral. Y, según la patronal, uno de cada cinco lo hace de forma injustificada y eso está cuantificado en 8.000 millones de euros al año. La CEOE fue una de las primeras en aplaudir la reforma, sobre todo en este sentido, porque creía que el absentismo laboral podía bajar hasta un 20%. Pero esta organización quiere ir más allá y desea un cambio legislativo para que las mutuas tengan más competencias a la hora de dar altas y bajas de los trabajadores con enfermedades comunes. Un guante que ha recogido la ministra de Empleo, Fátima Báñez, quien hace unos días anunció una nueva Ley de Mutuas. La idea es que las mutuas tengan una gestión de las bajas en los mismos términos que la Seguridad Social.
El informe de Adecco sobre Absentismo, en colaboración con el IESE, Garrigues, Fremap y la Universidad Carlos III, precisa que «el absentismo es superior en aquellos países en los que la cobertura por enfermedad es más generosa o se obtiene con más facilidad», aunque concreta que, en el caso de España, ésta se reduce en el caso de los procesos gestionados por las mutuas de accidentes de trabajo. No en vano, tal y como recoge Europa Press, la duración media de los procesos de incapacidad temporal en 2010 fue de 48 días para aquellos gestionados por el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS), mientras que los tramitados por las mutuas no superaron los 35 días.
Adecco también es partidario de que las mutuas tengan las mismas competencias que las entidades gestoras y puedan emitir decisiones directas de alta médica a todos los efectos. Según señala, ello permitiría reducir los «alargamientos innecesarios» de las bajas médicas y el fraude, al reducirse las instancias intervinientes en los procesos. Además, las revisiones médicas de los trabajadores convalecientes serían realizadas por profesionales con formación específica en el tratamiento de bajas laborales.
11,6 días al año. El objetivo del Ministerio es aumentar, también, el control de las bajas laborales de corta duración, que no superen los 15 días. De ahí que haya contactos con las Comunidades para que la Seguridad Social pueda acceder a los programas informáticos de las historias clínicas y que los médicos controlen los procesos de bajas inferiores a un mes. Medidas que persiguen reducir la media de que los españoles pierden 11,6 días de trabajo al año por bajas.
Pero la reducción de las contingencias comunes en los últimos años no solo está relacionada con el miedo a perder el trabajo sino que también hay que mencionar las políticas de prevención y seguridad laboral que llevan a cabo las empresas. Una concienciación que les ahorra cuantiosas cantidades por siniestralidad laboral. Además, el número de empleados en la construcción, uno de los sectores que siempre acumula más accidentes, ha caído mucho con la crisis económica.
Son datos que están en el informe económico-financiero y que demuestran que Burgos se sitúa 2,7 puntos por debajo de la media de la Comunidad Autónoma y es 4,9 inferior con respecto al conjunto de España. El miedo a pedir una baja por una contingencia común está detrás de un descenso del 39% en los últimos cinco años. Las cifras de este organismo dependiente del Ministerio de Empleo recogen que la prevalencia de procesos de incapacidad temporal en la provincia burgalesa en 2007 era del 26,80 frente a los 16,37 en lo que llevamos de año. Es un 39% menos en este periodo, aunque la progresión viene de atrás puesto que en 2008 ya bajó hasta los 22 y la incidencia en 2011 fue inferior a 20. Pero, ahora, en el primer semestre de este ejercicio desciende otros tres punto y medio.
Una enfermedad común como un catarro o una gripe ya no es motivo para que muchos trabajadores se ausenten de su puesto en las empresas pero, además, el descenso de efectivos en las plantillas impide faltar mucho tiempo. Hay el temor a perder el empleo por la reiteración de este tipo de bajas leves y ya no existe el abuso que podía existir antes. A todo ello ha contribuido una reforma laboral, que entró en vigor en febrero, que facilita los despidos de los trabajadores que faltan reiteradamente a su puesto. Antes, las empresas tenían capacidad para despedir por causas objetivos (20 días por año trabajado) a los empleados que se ausentaran el 20% de las jornadas durante dos meses consecutivos o el 25% en cuatro meses discontinuos en un periodo de un año. Ahora, se han eliminado estos dos posibles casos.
Cambio de las mutuas. La Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) calcula que, con cifras de 2011, un millón de trabajadores falta cada día a sus empresas por enfermedad común o accidente laboral. Y, según la patronal, uno de cada cinco lo hace de forma injustificada y eso está cuantificado en 8.000 millones de euros al año. La CEOE fue una de las primeras en aplaudir la reforma, sobre todo en este sentido, porque creía que el absentismo laboral podía bajar hasta un 20%. Pero esta organización quiere ir más allá y desea un cambio legislativo para que las mutuas tengan más competencias a la hora de dar altas y bajas de los trabajadores con enfermedades comunes. Un guante que ha recogido la ministra de Empleo, Fátima Báñez, quien hace unos días anunció una nueva Ley de Mutuas. La idea es que las mutuas tengan una gestión de las bajas en los mismos términos que la Seguridad Social.
El informe de Adecco sobre Absentismo, en colaboración con el IESE, Garrigues, Fremap y la Universidad Carlos III, precisa que «el absentismo es superior en aquellos países en los que la cobertura por enfermedad es más generosa o se obtiene con más facilidad», aunque concreta que, en el caso de España, ésta se reduce en el caso de los procesos gestionados por las mutuas de accidentes de trabajo. No en vano, tal y como recoge Europa Press, la duración media de los procesos de incapacidad temporal en 2010 fue de 48 días para aquellos gestionados por el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS), mientras que los tramitados por las mutuas no superaron los 35 días.
Adecco también es partidario de que las mutuas tengan las mismas competencias que las entidades gestoras y puedan emitir decisiones directas de alta médica a todos los efectos. Según señala, ello permitiría reducir los «alargamientos innecesarios» de las bajas médicas y el fraude, al reducirse las instancias intervinientes en los procesos. Además, las revisiones médicas de los trabajadores convalecientes serían realizadas por profesionales con formación específica en el tratamiento de bajas laborales.
11,6 días al año. El objetivo del Ministerio es aumentar, también, el control de las bajas laborales de corta duración, que no superen los 15 días. De ahí que haya contactos con las Comunidades para que la Seguridad Social pueda acceder a los programas informáticos de las historias clínicas y que los médicos controlen los procesos de bajas inferiores a un mes. Medidas que persiguen reducir la media de que los españoles pierden 11,6 días de trabajo al año por bajas.
Pero la reducción de las contingencias comunes en los últimos años no solo está relacionada con el miedo a perder el trabajo sino que también hay que mencionar las políticas de prevención y seguridad laboral que llevan a cabo las empresas. Una concienciación que les ahorra cuantiosas cantidades por siniestralidad laboral. Además, el número de empleados en la construcción, uno de los sectores que siempre acumula más accidentes, ha caído mucho con la crisis económica.