El área de
Seguridad Social de la AFIP
destacó los resultados de las acciones emprendidas contra el fraude laboral y
la gradual reversión, por parte de los empleadores, de las condiciones de
trabajo infra humanas detectadas en diversos operativos.
En casi 600 procedimientos realizados en los últimos meses
se relevaron a más de 7 mil trabajadores, de los cuales la mitad exhibían
irregularidades, entre ellos unos 3.100 no registrados y medio millar de
indocumentados o menores.
El trabajo no sólo debe estar formalmente registrado, sino
que tiene que tener además buenas condiciones sanitarias, de higiene y
habitacionales, señaló a Télam el director de Recursos de la Seguridad Social
de la AFIP ,
Carlos Alberto Sánchez.
El funcionario dijo que cuando la actividad laboral carece
de todos esos atributos, nuestra responsabilidad no se limita a la
registración, sino que formulamos la denuncia ante los distintos organismos que
toman intervención en la materia: Trabajo, Desarrollo Social, Justicia,
Seguridad, etc..
La dirección trabaja con 2 mil agentes distribuidos en
todo el país, aunque también actúa a partir de distintas herramientas creadas
para intensificar los controles.
Sánchez destacó que en la mayor parte de los casos
inspeccionados cambiaron las condiciones de trabajo, y en uno de los más
sonados, el de la semillera Pioneer, se realizaron inversiones de varios
millones de pesos para cambiar la situación previa.
Modificaron el paradigma de lo que es la contratación de
empleados rurales y pasaron de tener personas hacinadas en campamentos
precarios, a tener complejos habitacionales fijos en los alrededores de las
plantaciones, lo que hizo que el personal tuviera una mayor calidad de vida,
explicó el funcionario.
Así, destacó, el desflore de maíz, una actividad que
estaba reservada pura y exclusivamente a trabajadores golondrina, que
principalmente venían del norte del país, terminó siendo atractiva para
lugareños en la zona de Pergamino, por las condiciones mejoradas de trabajo.
Sánchez afirmó que la empresa también se vio beneficiada
por una mayor productividad de estos empleados, en una tarea que antes se hacía
trajinando surcos, a pleno rayo del sol durante muchísimas horas, mientras
ahora se trabaja de manera distinta y hasta se utilizan maquinarias para que surquen
estas plantaciones".
"Además, se incorporaron cocineros, servicios de
limpieza para los complejos habitacionales, es decir, aparece toda otra gama de
servicios para darle cobertura a estos trabajadores, agregó.
El funcionario de AFIP destacó que la transformación se
verificó asimismo en la fábrica que venía proveyendo los campamentos precarios
encontrados en los primeros operativos, realizados por el organismo en 2010.
"Esas casillas precarias, que en algunos casos
incluían nichos de hasta 18 o 24 personas por remolque, ya no se fabrican más;
ahora albergan como máximo a cuatro trabajadores", resaltó Sánchez.
Agregó que "tampoco se fabrican más casillas que no
tengan baño, aislantes y las condiciones para red eléctrica, que se provee por
equipos de generación electrógena".
Otro dato sobre la mejora en las condiciones laborales,
agregó el funcionario, es que el año pasado, "en pleno fragor de nuestros
operativos se agotaron las cocinas de campaña, los baños químicos y las carpas
estructurales para poner los comedores e implementos de la cosecha".
Para Sánchez, este cambio de modalidad se produjo luego de
la fuerte intervención de la AFIP :
"ahora los empleadores perciben el riesgo del control del Estado en el
lugar, y ya no compran más esas casillas inadecuadas para el trabajo humano,
porque saben que se exponen a una posterior denuncia".