El
presidente de EE.UU. ha reiterado su empeño en que «todo el mundo cuente con
una cobertura sanitaria»
El presidente
de Estados Unidos, Barack Obama, ha insistido este martes en que el actual
«cierre» del Gobierno que vive su país se ha producido porque una facción del
Congreso así lo ha querido «sólo porque no les gusta una ley», en
referencia a la reforma sanitaria. «Una cruzada ideológica de los
republicanos es la que ha
provocado la parálisis del país»,
ha enfatizado durante su comparecencia en la Casa Blanca.
Sus palabras también han sido una férrea defensa de su gestión
económica desde que llegó al poder en el año 2009 -ha recordado que ha reducido
el déficit a la mitad desde entonces- y ha advertido sobre las consecuencias de
prolongar esta situación: «En 1996 el cierre del Gobierno hizo daño a nuestra
economía y entonces no nos
estábamos recuperando de la peor crisis desde
la Segunda Guerra
Mundial».
Así, con estas advertencias y rodeado
de personas que se han beneficiado de la reforma sanitaria, Obama ha instado a la Cámara de Representantes a
que termine con esta situación. «Cuanto más dure esta situación, los efectos
serán mucho peores», ha sentenciado.
Por otro lado, el presidente también ha aprovechado su
intervención ante el país para insistir en la importancia de que todos los ciudadanos dispongan de
cobertura sanitaria, algo que, ha asegurado, los republicanos no comparten
ya que han querido usar su reforma como «moneda de cambio» a la hora de aprobar
los presupuestos.
El techo de la deuda pública
Con todo, Obama ha querido demostrar la buena acogida que tiene
en el país su iniciativa ya que, según ha demostrado, la web en la que los
estadounidenses pueden adquirir seguro médico a partir de hoy, «Healthcare.gov», ha
recibido este martes siete millones de visitas, cinco veces más que un día
cualquiera.
El otro frente abierto con los republicanos que se avecina es el
de elevar el techo de la deuda pública, cuyo límite se alcanzará el próximo 17.
No elevarlo sería «catastrófico para la economía», ha asegurado. «No voy a
negociar sobre la responsabilidad
que tiene el Congreso de pagar las cuentas del país. Autorizar al Tesoro a
que pague esas cuentas es un voto de rutina y no una concesión al presidente o
al Gobierno», ha advertido.
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