Alejandro
Martínez Singul no está rehabilitado y existe un alto riesgo de reincidencia,
según el dictamen de Prisiones
Alejandro Martínez Singul, más conocido como el segundo
violador del Eixample, quedará
en libertad el próximo jueves. El hombre, de 46 años, acumula un largo
historial de agresiones sexuales y permanece ingresado en
prisión desde el verano de 2009, cuando intentó violar a una menor
de edad en Barcelona. Su último asalto le valió una pena de casi cuatro años de
cárcel que, ahora, llega a su fin. Hace unos meses, Singul se convirtió en el
primer preso español que se somete, voluntariamente, a la mal llamada castración
química, un tratamiento inhibidor de la libido adoptado por la Generalitat.
Desde su último ingreso en la prisión
barcelonesa de Brians, Singul se ha sometido a distintos tratamientos del
Programa de Intervención para Agresores Sexuales (SAC), que trabajan la empatía
hacia las víctimas, el autocontrol o las habilidades sociales, entre otros
aspectos, para disminuir el riesgo de reincidencia. En 2009, tras un amplio
debate, el Gobierno catalán incorporó un tratamiento farmacológico específico
para los presos que, como el segundo violador del Eixample, presentan un “alto riesgo de
reincidencia”. Singul aceptó someterse a la castración química, que inhibe la producción de
testosterona y persigue disminuir la libido, o sea, el deseo sexual.
Los responsables de tratamiento de la
prisión barcelonesa admiten que, pese a sus esfuerzos, Singul no está
rehabilitado y existe aún un elevado riesgo de reincidencia. Según fuentes
penitenciarias, sin embargo, el peligro de que cometa delitos de enorme
gravedad (como una violación) sí ha disminuido. El hombre no ha disfrutado de
ningún permiso penitenciario en todo este tiempo con el objetivo de no
interferir en el tratamiento. Por su perfil, además, ha seguido una terapia
“individualizada”, precisan fuentes judiciales.
Según un estudio realizado por la Generalitat en Brians,
la tasa de reincidencia de los internos que habían participado en el programa
SAC es del 6,1%; o lo que es lo mismo, casi el 94% de los condenados que se
someten a terapia no vuelven a cometer ese tipo de delitos. En el grupo que no
participa en esos programas, en cambio, el nivel de reincidencia es del 31%.
“Estas son las estadísticas. Las conductas individuales son indescifrables”,
admiten las mismas fuentes.
Singul se ha comprometido, precisan esas
fuentes, a continuar con el tratamiento fuera de la cárcel. Los responsables de
Prisiones han decidido que pase su última noche en dependencias distintas a
Brians para evitar el previsible acoso mediático. El segundo
violador del Eixample —apodado
así por el distrito barcelonés donde cometió la mayoría de sus agresiones— no
volverá a casa, sino que se irá a vivir lejos. Pese a que desde el jueves será,
con todas las de la ley, un hombre libre, los Mossos d’Esquadra le someterán a
una discreta vigilancia sin interferir en su libertad deambulatoria, según
fuentes judiciales.
A principios de los años 90, Singul abusó
de diez niñas. Pasó 16 años entre rejas y su primera salida, en 2007, causó un
gran revuelo. Ya entonces se había sometido a distintas terapias psicológicas
que no dieron resultado. Desde entonces ha pasado los años entrando y saliendo
de prisión.
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