Un vuelo
para salvar a un enfermo del corazón se cobró ayer dos vidas en Santiago de
Compostela. Los pilotos de una avioneta 'Cessna' que regresaba a su base
gallega desde Asturias, después de haber dejado en un hospital de esa comunidad
autónoma un órgano para realizar un trasplante, murieron a primera hora de la
mañana al estrellarse el aparato en las cercanías del aeropuerto de Lavacolla,
en medio de una densa niebla.
Los
fallecidos son Alejandro Bueno Nilson, copiloto, de 37 años y natural de
Barcelona; y Daniel Fernández Orgaz, comandante, de 35, y originario de Bilbao.
Los dos residían en sendas poblaciones de la provincia de Barcelona; el
primero, en Areyns de Mar y el segundo, en Cerdanyola del Vallès.
Según
informó la Delegación
del Gobierno de Galicia, el 'Cessna' había despegado de Santiago hacia Asturias
para recoger a un equipo médico que debía desplazarse a la ciudad portuguesa de
Oporto a fin de extraer un corazón. El aparato, de la empresa Aeronaves del
Noroeste (Airnor), había volado a continuación hacia Avilés, donde dejó a los
sanitarios pasadas las 5.20 de la mañana. Una vez realizado su trabajo, los
pilotos pusieron rumbo a Lavacolla.
El
trasplante de corazón comenzó poco después, sobre las 6.00 horas, en el
Hospital Universitario Central de Oviedo, mientras la avioneta volaba a
Galicia. El paciente era un varón de 54 años pendiente de un órgano compatible
que, al final, apareció en Oporto. La intervención se prolongó por espacio de
tres horas. Cuando los médicos terminaron con éxito la intervención, y el
enfermo fue trasladado a la
Unidad de Vigilancia Intensiva, los dos pilotos que habían
ayudado a salvarle la vida llevaban más de dos horas muertos en un bosque.
Las
autoridades relataron que el accidente se produjo en los instantes en los que
la avioneta enfilaba el aeropuerto de Lavacolla. Por causas no aclaradas,
perdió altura y se estrelló entre unos árboles, a unos dos kilómetros de la
cabecera de la pista norte. Restos de la aeronave quedaron esparcidos en un
radio aproximado de 150 metros ,
entre eucaliptos y pinos.
Según
informaron en Lavacolla, la comunicación entre la torre de control y el
'Cessna' se interrumpió a las 6.38 horas, y el aparato fue localizado unos
veinte minutos después, sobre las 7.00. Los controladores no registraron
«incidencias especiales» en los momentos previos al accidente. Por ese motivo,
tampoco se atrevieron a apuntar ninguna causa y se remitieron a las
conclusiones que elabore más adelante la Comisión de Accidentes de Aviación Civil.
El
delegado del Gobierno en Galicia, Samuel Juárez, indicó que los dos fallecidos
tenían la categoría de comandantes de vuelo y contaban con la «cualificación
necesaria» para desarrollar su trabajo. «Se desconocen totalmente las causas
del accidente», reiteró, sin facilitar más detalles.