El presidente Hugo
Chávez, en campaña para su reelección en los comicios del 7 de octubre, admitió
que el gobierno desconoce por ahora qué causó la fuga de gas y la consiguiente
explosión del sábado en la refinería de Amuay.
Desde el número exacto de víctimas
hasta las causas de la tragedia o el impacto en la industria petrolera, son
muchas las preguntas que suscitó el accidente en la mayor refinería venezolana
cuyas respuestas exigen opositores, sindicalistas y expertos.
El presidente
Hugo Chávez, en campaña para su reelección en los comicios del 7 de octubre,
admitió que el gobierno desconoce por ahora qué causó la fuga de gas y la
consiguiente explosión del sábado en la refinería de Amuay (estado Falcón,
noroeste), de la estatal PDVSA, que dejó más de 40 muertos.
"Ellos
(la oposición) no tienen información y nosotros tampoco la tenemos",
reconoció el presidente, poco después de que se extinguieran las últimas llamas
que ardieron durante más de 80 horas en la zona de almacenamiento de Amuay.
El balance de
víctimas del peor accidente ocurrido en unas instalaciones de PDVSA, fundada en
los años 1970, ha
sido por otra parte ofrecido por distintos portavoces, con datos en ocasiones
contradictorios.
El último
saldo oficial, ofrecido este miércoles por la Fiscal General de la República , Luisa Ortega,
dio cuenta de 42 muertos, ocho desaparecidos y 20 personas todavía
hospitalizadas de un total de 132 que resultaron heridas.
El gobierno
había informado el martes de 41 fallecidos, la mayoría militares y sus
familiares, mientras la gobernadora de Falcón, Stella Lugo, había anunciado 48
muertos para luego -según la agencia de noticias oficial AVN- confirmar la
cifra de Caracas.
Otras muertes
han sido destacadas por la prensa local en las últimas horas, sin que por ahora
hayan sido confirmadas oficialmente.
"Ha
habido confusión sobre el número de víctimas. Se han pronunciado varias
personalidades y los saldos no han coincidido. El país tiene derecho a conocer
las cifras de la tragedia", señaló a la AFP José Bodas,
secretario general de la
Federación Unitaria de Trabajadores de Petróleo de Venezuela
(FUTPV).
Para Bodas,
ese balance debería correr a cuenta de una comisión de investigación
"independiente", que estuviera encargada además de analizar las
causas del accidente que dañó al menos nueve tanques de combustible y obligó a
paralizar desde el sábado las operaciones en la mayor refinería del país.
El gobierno
anunció la creación de una comisión integrada por la gerencia de Prevención y
Control de Pérdidas de PDVSA, la
Fiscalía de la
República , la policía científica (CICPC), el Servicio
Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) y la Dirección de
Inteligencia Militar (DIM).
El ministro
de Petróleo y presidente de PDVSA, Rafael Ramírez, aseguró que sus trabajos
empezarán "una vez despejada el área del siniestro". A partir de ahí
"vendrán todos los estudios, todos los equipos, para esclarecer el origen
de la fuga", dijo.
"No
debería ser una comisión policial, sino un grupo técnico altamente calificado
del negocio y la ingeniería petrolera. Debe contar con gente de PDVSA, pero
también con técnicos de fuera, que den credibilidad a la investigación",
señaló a la AFP Teresa
Albanes, presidenta de la comisión electoral de la Mesa de la Unidad Democrática
(MUD), coalición que apoya al candidato presidencial opositor Henrique Capriles
Radonski.
Para el
sociólogo Ignacio Ávalos, "los venezolanos deberían saber qué pasó y cuál
va a ser el impacto económico" del accidente en este país que cuenta con
las mayores reservas de crudo del mundo, "pero es muy probable que nunca
lo sepamos", reconoció a la
AFP.
"En
Venezuela la información pública es opaca. No hay cómo establecer mecanismos
objetivos (de evaluación) y por lo tanto es difícil aplicar correctivos",
señaló Ávalos, afirmando que si las causas de la tragedia fueran una falta de
mantenimiento en las instalaciones petroleras de PDVSA, como han denunciado
algunos trabajadores y expertos, "difícilmente" saldría a la luz.
Este profesor
de Políticas Públicas de la Universidad Central de Venezuela destaca además
que la polarización en el país, dividido entre partidarios y detractores de
Chávez, impide también a los venezolanos "conocer la verdad" de las
cosas que les afectan.
"Estamos
en un país maniqueo, no tenemos puentes para hablar de nada. Aquí cada uno
compra su versión en el mercado político, especialmente en época
electoral", lamenta Avalos.