Las mujeres
que ocupan puestos laborales de baja jerarquía y sufren estrés en su lugar de
trabajo tienen el doble de probabilidades de padecer diabetes que las que no
soportan presiones profesionales, según un estudio publicado en Canadá.
A diferencia de los hombres, las
personas de sexo femenino a menudo reaccionan al nerviosismo comiendo más productos
con azúcar y grasa, sostuvo Peter Smith, uno de los autores del estudio.
La incidencia de la diabetes tipo II
aumentó entre los canadienses, pero ese factor de riesgo puede modificarse
escribió Smith, del Instituto de Investigación sobre Trabajo y Salud (IWH), y
Richard Glazier, del Instituto de Ciencias Clínicas Evaluativas (ICES), de
Toronto.
La investigación, realizada durante
nueve años, mostró una relación entre el grado de autonomía en el trabajo y la
incidencia de diabetes en la población femenina, señalan los autores en el
estudio publicado en la revista de medicina ocupacional Journal of Occupational
Medicine.
En otras palabras, explicó Smith, las
mujeres estresadas podrían ser llevadas a consumir más azúcares y grasas.
Las presiones laborales parecerían
favorecer a la diabetes a través de dos fenómenos: por un lado, por las
perturbaciones generadas en el sistema neuroendocrino y el sistema inmune, que
provocan una mayor producción de hormonas como el cortisol y la adrenalina, y
por otro, por los cambios en la conducta alimentaria y el gasto energético.
Después de haber seguido a 7.443
personas en actividad durante nueve años, los investigadores encontraron que la proporción de casos
de la enfermedad debido al estrés laboral entre las mujeres fue del 19%. Esta
cifra es superior a la relacionada con el tabaquismo, la bebida, la actividad
física o el nivel de consumo de frutas y verduras, pero menor que el riesgo que
supone la obesidad.
No se constató la misma relación entre
los hombres. Éstos reaccionan de manera diferente al estrés, tanto en el plano
hormonal como en los hábitos de consumo, dijo Smith.