España pierde un 4
por ciento del PIB por las bajas que genera la falta de medidas preventivas
Cada dos días, muere una persona en un accidente laboral. Es el balance que se extrae del
avance de datos del Ministerio de Empleo y Seguridad Social de enero a mayo de
2012. Y la estadística parece cumplirse, puesto que en los últimos cuatro días
han muerto dos hombres en accidentes en sus puestos de trabajo.
Ayer, un hombre de unos 50 años falleció en Ferrol al caer la pluma de una grúa. Otros
dos hombres resultaron heridos. El martes, otro trabajador de 49 años fallecía
en Mérida tras caerle dos tuberías en la cabeza en unas obras de canalización
de agua.
Desde UGT advierten que las tablas
estadísticas que ofrece el Ministerio deben interpretarse con cuidado. En
valores absolutos, el número de accidentes mortales se
reduce en todos los sectores en
relación al mismo periodo de 2011 —217 muertos en 2011 frente a los 195 de
2012—, salvo en la industria —35 en 2011 y 45 en 2012. Sin embargo, también existen muchos menos trabajadores en 2012 que en
2011.
La crisis económica que atraviesa el
país ha destruido numerosos empleos, por lo que es necesario fijarse en los índices de incidencia,
que calcula la siniestralidad por cada cien mil trabajadores activos, y no en
valores absolutos. Este índice se situaba en un 0,30 en 2011, mientras que en
2012 es de un 0,28. La siniestralidad no se ha reducido.
Menos prevención
Las cifras demuestran que «se están
dejando de tomar medidas de prevención», asegura Emilio Gónzalez, coordinador de la Secretaría de Salud
Laboral de UGT Confederal. «Desde el día 2 de agosto hasta ayer se han
producido ocho accidentes, y nos preocupa que la mayoría han sido fortuitos y
por falta de precaución», añade. Para el
sindicalista, las causas de los siniestros se asemejan demasiado a las de los
accidentes que se producían antes de la entrada en vigor de la Ley de Prevención de Riesgos
Laborales de 1995.
Pero la crisis no solo ha destruido
empleo. También afecta a las condiciones laborales de los trabajadores que, temerosos de perder su puesto, no
solicitan las medidas de seguridad a las que tienen derecho. «Llama la atención
que, sobre todo en el sector de la construcción, el ritmo de trabajo es menos frenético
y la siniestralidad, sin embargo, se mantiene» apunta González.
«Se pierde un cuatro por ciento del Producto Interior Bruto
nacional por
falta de medidas preventivas», recuerda González en referencia a las bajas
laborales que se generan por enfermedades y problemas de salud.
abc.es