La Universidad de Aston ha
comprobado que los alimentos que caen al suelo no han sido contaminados por las
bacterias en ese pequeño lapso de tiempo, por lo que pueden ingerirse sin
problemas
Ante el último
caramelo, la última galleta o el último trozo de pastel en esos momentos en los
que «mataríamos» por llevarnos algo a la boca y segregamos tanta saliva como
el perro de Pavlov, la torpeza se abre paso firme en el camino y el
preciado bocado acaba en el suelo. «¿Qué he hecho?», nos preguntamos. «¿Y si lo
cojo y me lo como igualmente? Total...». Déjese de dudas y hágalo. Su salud no
corre peligro.
Anthony
Hilton, profesor de
Microbiología de la Universidad
de Aston, ha llevado a cabo un estudio para analizar si la popular regla de los cinco segundos es cierta. Según esta «norma no
escrita», un alimento caído al
suelo puede ingerirse si no ha pasado dicho periodo porque las bacterias no han
tenido tiempo suficiente para contaminarlo.
Esta
investigación se ha llevado a cabo con tostadas, pastas, galletasy caramelos caídos sobre tres tipos de suelo
(azulejos, laminados y alfombra) en intervalos de 3 a 30 segundos. En todos ellos
se analizó la presencia de la bacteria
E. coli y la Staphylococcus aureus.
El estudio
demostró que el tiempo es un
factor clave para que las bacterias se transmitan o no al alimento, pero el
tipo de suelo es otro elemento a tener en cuenta. Para el asombro de muchos,
los investigadores comprobaron que el
suelo con menores posibilidades de contaminar al preciado trozo de bocadillo
caído es la alfombra. Los azulejos y laminados son, por el contrario, los
mejores aliados de los microorganismos para contaminar alimentos.
También la
textura influye: no es lo mismo que se caiga una tostada con mantequilla y
mermelada que un trozo de pan. Los
alimentos dulces y pegajosos atraen más a las bacterias.
http://www.abc.es/sociedad/20140322/abci-alimentos-suelo-201403202155.html
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