El Plan propone un enfoque coherente para acabar con
neumonía prevenibles y las muertes por diarrea. Reúne a los servicios críticos
y las intervenciones para crear ambientes saludables, promueve prácticas
conocidas para proteger a los niños contra las enfermedades y se asegura de que
todos los niños tengan acceso a la prevención probadas e idóneas y medidas de
tratamiento.
"Se trata de una cuestión de equidad. Los niños
pobres en países de bajos ingresos tienen mayor riesgo de muerte por
neumonía o la diarrea, pero muchas menos probabilidades para acceder a las
intervenciones que necesitan", ha señalado Mickey Chopra, jefe global de
los programas de salud de UNICEF.
La directora de salud la Madre , del Recién Nacido,
Niño y del Adolescente de la OMS ,
Elizabeth Mason, ha defendido esta estrategia en paralelo, convencida de que el
sentido común puede llevar a la integración de estas estrategias de un modo más
cercano y, así, alcanzar las metas establecidas.
Ambas organizaciones han pedido una mayor integración
de los esfuerzos de prevención y tratamiento de estas dos enfermedades y fija
objetivos ambiciosos para reducir las tasas de mortalidad y elevar los niveles
de acceso de los niños a las intervenciones que salvan vidas.
En concreto se pretende hacer un llamamiento a los
gobiernos y otras partes interesadas para dar prioridad a la inversión en los
grupos de población más pobres del acceso a servicios para prevenir y tratar la
neumonía y la diarrea; siendo clave que estos esfuerzos sean sostenibles en el
largo plazo.
Actualmente, casi el 90 por ciento de las muertes por
neumonía y diarrea en los niños que actualmente se producen en el África
subsahariana y Asia meridional.
UN PLAN
AMBICIOSO
El plan establece objetivos claros para que en 2025
se consiga una reducción del 75% en la incidencia de neumonía y diarrea severa
con respecto a los niveles de 2010 entre niños menores de cinco años, y la
virtual eliminación de las muertes de ambas enfermedades en el mismo grupo de
edad. También se propone una reducción del 40% en el número mundial de niños
menores de cinco años que sufren retraso del crecimiento.
Los objetivos de este plan son más ambiciosos que
anteriores iniciativas, ya que se requiere que el 90 por ciento de todos los
niños tenga acceso a los antibióticos para la neumonía y las sales de
rehidratación oral para la diarrea, cuando los niveles actuales de se
encuentran en el 31 y 35 por ciento, respectivamente; en cuanto a la
introducción de nuevas vacunas contra el neumococo y el rotavirus, su objetivo
es el 90 por ciento de cobertura en 2025.
Del mismo modo, se incluye que al menos la mitad de
todos los niños menores de seis meses deben recibir lactancia materna
exclusiva, un dato relativamente alto si se tiene en cuenta que los niveles de
2012 llegan sólo al 39 por ciento; además, se debe asegurar que todos los niños
tengan acceso a mejores servicios de saneamiento y agua potable, entre 63 y
89%, respectivamente.