domingo, 7 de abril de 2013

BREVES DE ACTUALIDAD: UN EDULCORANTE DE LOS CHICLES SIN AZÚCAR, PROMESA CONTRA EL PÁRKINSON



PILAR QUIJADA

El manitol mejora el movimiento y reduce la acumulación de proteínas en el cerebro de un modelo experimental en moscas.

El manitol, un edulcorante presente en los chicles sin azúcar, podría dar nuevas pistas para el tratamiento del párkinson, la enfermedad neurodegenerativa más frecuente, después el alzhéimer. Esta sustancia, que se obtiene de las algas, ya se utiliza como fármaco para disminuir la inflamación del cerebro y tratar la insuficiencia renal. Además, tiene una interesante propiedad muy útil en oncología, la de facilitar el acceso de la quimioterapia al cerebro para luchar contra los tumores cerebrales. A estas propiedades, según una investigación de la Universidad de Tel Aviv, hay que sumar una más: la de evitar la acumulación de la proteína denominada alfa sinucleína, que juega un papel crítico en el desarrollo y progresión del párkinson.
Igual que ocurre en la enfermedad de alzhéimer con las placas amiloides, la alfa sinucleína, una proteína de 140 aminoácidos, sufre un defecto y se acumula en la enfermedad de Parkinson en una región del cerebro denominada sustancia negra, lo que provoca la muerte de las neuronas que producen dopamina, un neurotransmisor esencial para llevar a cabo los movimientos, entre otras importantes funciones. La pérdida progresiva de estas neuronas dopaminérgicas es la responsable de los síntomas motores característicos de esta patología, como la lentitud de movimientos (bradicinesia), temblor y rigidez.

Proteína anómala

En condiciones normales unas proteínas denominadas chaperonas ayudan a la alfa sinucleína a adquirir una forma tridimensional determinada, que le permite llevar a cabo su función en el cerebro, aunque aún se desconoce cuál es. En las personas con párkinson, esta proteína se pliega de forma inadecuada, lo que hace que se acumule en la sustancia negra. Según los investigadores de la Universidad de Tel Aviv, el manitol, capaz de llegar hasta el cerebro gracias a su capacidad para traspasar la barrera hematoencefálica, actuaría como una chaperona química, ayudando a que la alfa sinucleína recobre su forma y, por tanto, evitando que se acumule en el cerebro.
Daniel Segal y sus colegas de la Universidad de Tel Aviv han comprobado este efecto en moscas transgénicas de la fruta(drosophila melanogaster), que expresan la alfa sinucleína humana. Este modelo de experimentación tiene la ventaja de que los resultados pueden verse en unos pocos días, dado que estas pequeñas moscas no viven mucho más de tres o cuatro semanas. Las moscas que desarrollan el equivalente a la enfermedad de Párkinson humana muestran también trastornos del movimiento. Eso dificulta que puedan escalar la pared de un tubo de ensayo, por lo que la mayoría permanecen en el fondo, y sólo un 38% se mueve por las paredes, a diferencia de las moscas normales, que se deambulan sin dificultad en un 70% de los casos.
Cuando los investigadores de Tel Aviv alimentaron con manitol a las moscas que se quedaban en el fondo del tubo, delatando una disfunción motora severa, hasta el 70% de ellas logró trepar por la pared después de 27 días de tratamiento, frente al 38% que logró hacerlo sin manitol. Además, en su cerebro se redujo la acumulación de la proteína alfa sinucleína mal plegada cuando se las comparaba con las que no habían tenido acceso a este edulcorante. Los resultados de esta investigación se han presentado en la Conferencia sobre Investigación en Drosófila, de la Sociedad Americana de Genética, que se está celebran entre los días 3 y 7 de abril en Washington.

Siguiente paso

El siguiente paso será comprobar si el manitol tiene el mismo efecto en los modelos de ratón para la enfermedad de Parkinson. Es decir, si mejora capacidad para moverse y produce una disminución significativa de la proteína anómala en el cerebro. Y de ser así, puesto que ya está aprobado por la Agencia para la Alimentación y Medicamentos americana (FDA) como fármaco, se podría llevar a cabo ensayos en voluntarios.
Sin embargo, estas investigaciones llevarán su tiempo, como señala de forma cautelosa el doctor Segal, autor principal de la investigación, que advierte que no es aconsejable que las personas con enfermedad de Parkinson incrementen la ingesta de chicles con manitol. No hay que olvidar que esta sustancia ayuda a burlar la barrera hematoencefálica y podría franquear el paso al cerebro a sustancias tóxicas, con consecuencias inesperadas.
Y es que, como explica Segal, hay un largo camino entre solucionar los problemas de escalada de las pequeñas moscas de la fruta transgénicas y desarrollar un nuevo tratamiento farmacológico en humanos. Sin embargo, se muestra optimista porque su investigación abre una vía terapéutica novedosa en la lucha contra el párkinson y otras patologías en las que interviene la misma proteína defectuosa, como la demencia por cuerpos de Lewy o la atrofia muscular multisistémica.
En la actualidad el párkinson se trata con L-dopa, una sustancia precursora de la dopamina, que a la larga deja de ser efectiva. De ahí que este hallazgo sea una noticia esperanzadora que llega a punto de celebrarse el día mundial del párkinson, el próximo 11 de abril, coincidiendo con el aniversario del nacimiento del médico al que debe su nombre, James Parkinson, que la describió por primera vez en 1817 con el nombre de “parálisis agitante”. Esta patología neurodegenerativa afecta en nuestro país a 150.000 personas y se espera se triplique en los próximos años