MADRID, 7 Abr. (EUROPA PRESS) -
El secretario general de
UGT, Cándido Méndez, que, salvo sorpresa de última hora, volverá a ser
reelegido para el cargo la próxima semana, ha asegurado, en una entrevista con
Europa Press, que el sindicato no necesita un "lavado de cara", sino
un cambio "profundo" para acercarse más a los afiliados y cambiar la
percepción social que se tiene de la organización.
Méndez ha hecho autocrítica y ha reconocido que el
sindicato ha cometido errores en los últimos cuatro años, aunque no
deliberadamente. Así, ha indicado que en 2009, cuando arrancó su quinto
mandato, pensaba, al igual que casi todos los expertos, políticos y agentes
económicos, que la crisis iba a ser muy dura, pero corta, con la economía
recuperándose en 2012, algo que finalmente no ha sucedido.
También cree que en el sindicato no ha hecho todos
los esfuerzos posibles para que sus afiliados conocieran de primera mano las
razones de algunas de sus decisiones, tanto en lo que respecta a los contenidos
de lo que se negociaba como a las movilizaciones que se convocaban.
"Y eso lo tenemos que corregir. Nuestra
organización tiene que hacer un esfuerzo que vaya más allá del contacto con
nuestros afiliados a través de las redes sociales y tenemos que profundizar
mucho en el 'bis a bis', con informaciones directas", ha subrayado el
líder de UGT, que ha añadido que esto no es una tarea de la Ejecutiva
Confederal "de turno", sino de todas las estructuras del sindicato.
Méndez ha insistido en que UGT "no es un
cabeza de cartel", como sí puede serlo un partido político, y ha advertido
de que existe una distorsión respecto a la percepción de lo que es en realidad
un sindicato. "Tenemos que hacer un esfuerzo por cambiar la percepción del
sindicato. En España hay una tendencia a confundir el sindicato, su estructura
y su papel con los partidos políticos y eso no es así en absoluto", ha
dicho.
El dirigente ugetista lleva 19 años dirigiendo la
organización y todo apunta a que lo hará otros cuatro años más, a pesar de la
"inmensa cantera" que supone su número de afiliados, 1.160.000.
"En UGT hay muchísima gente, gente conocida y desconocida, pero que tiene
tanta capacidad como cualquiera de los que estamos aquí. Claro que hay
cantera", ha resaltado.
Pero, según ha añadido, en situaciones difíciles y
complicadas como las actuales y cuando además el sindicato prevé abordar
cambios en su estructura para agilizarla y hacerla más completa, intentar al
mismo tiempo cambiar el equipo de dirección es "complejo", sobre todo
en una organización donde la "estabilidad" es muy
"apreciada".
Eso, ha dicho Méndez, es la reflexión que le han
trasladado sus compañeros y el motivo por el que ha decidido optar a la
reelección en el 41º Congreso de la UGT (del 10 al 13 de abril). Lo que pase
dentro de cuatro años ya se verá, pero Méndez tiene claro que hay muchas
personas "a los que se les puede coger la matrícula" para sucederle
en el futuro.
"NI
CANSADO NI DESILUSIONADO".
El líder de UGT ha asegurado que "ni se siente
cansado ni desilusionado", pero sí "enormemente preocupado" por
la difícil situación de los trabajadores, al tiempo que ha reconocido que
ninguno de los 19 años que lleva en el cargo ha sido fácil.
"Estamos en una de las coyunturas más
difíciles de la etapa democrática, si no la más difícil, para los trabajadores
y, por tanto, para el sindicato, y ahora, cuando más se necesita el sindicato,
más se le descalifica", ha señalado.
El dirigente de UGT no ha tenido ningún problema en
revelar a Europa Press que su salario neto mensual es de 2.377 euros, cuando
hace unos años era de 2.500. En este sentido, ha afirmado que es
"decididamente partidario" de la Ley de Transparencia, porque así se
evitaría que cada cual hiciera "transparencia pret a porter".
"Si hay una ley, que se cumpla lo que dice la ley", ha añadido.
Méndez cree que se ha producido una
"sobreatribución" del papel de los sindicatos y que ahora están
pagando el precio. En este sentido, el líder sindical ha dejado claro que UGT
no es un movimiento sociopolítico, sino un sindicato, cuya raíz y función
esencial está en las empresas. También ha enfatizado que los sindicatos tampoco
son la oposición de los gobiernos de turno.
Respecto al empuje de otras organizaciones
sociales, el secretario general de UGT ha subrayado que no está preocupado
"por ningún tipo de competencia", porque la competencia con los
sindicatos se produce en los ámbitos sociolaborales, no en el ámbito de la
sociedad civil.
LA CRISIS
REDUCE LA CIFRA DE AFILIADOS.
Además, y para despejar cualquier duda, Méndez ha
hecho hincapié en que UGT afronta su 41º Congreso con más afiliados que hace
cuatro años y con más ingresos por cotizaciones. Eso sí, reconoce que el
sindicato perdió afiliados e ingresos en 2012, aunque lo achaca a la crisis.
"Las bajas por diferencias o discrepancias con el sindicato son contadas.
La inmensa mayoría se produce porque los trabajadores no pueden pagar o ha
desaparecido la empresa", ha indicado.
Dentro de los cambios que se plantea para el
próximo periodo, Méndez quiere "estrechar" las estructuras políticas
y "ensanchar" la organización por abajo para que el
"epicentro" de todo el trabajo sindical sea defender y atender a los
afiliados y aumentar su número.
Para mejorar los ingresos, Méndez opina que debería
retomarse, aunque no para su implementación en la actual situación económica,
la propuesta sindical de que los no afiliados paguen una especie de canon
cuando se beneficien de las negociaciones sindicales en un ERE o convenio
colectivo.
NO MÁS
CAMBIOS EN LA REFORMA DE LAS PENSIONES.
Por otro lado, Méndez ha pedido al Gobierno que
"no cometa la torpeza" de seguir modificando la reforma de pensiones
que pactaron sindicatos, empresarios y Gobierno socialista en la anterior
legislatura, ya que el problema demográfico se resolvía en esta ley de manera
razonable.
Preguntado por si los sindicatos irían a la huelga
en caso de que el Gobierno no respetara los plazos y adelantara la entrada en
vigor de la jubilación a los 67 años (ahora prevista en 2027), Méndez ha
respondido que el Ejecutivo tendría "problemas muy serios".