El
histórico líder nacionalista compara el Parlamento gallego a una «comunidad de
propietarios». No se atrevió a sacar el zapato, pero poco le faltó. Comienza el
espectáculo...
Beiras sabe
que todas las miradas están puestas en él y está dispuesto a estirar el chicle
de su creciente protagonismo, aunque solo sea por la novedad. Su
entrada en el Parlamento gallego de la mano de AGE como tercera fuerza
política -la coalición Alternativa Galega de Esquerda, que obtuvo nueve
diputados en las pasadas elecciones autonómicas-, apuntaba
maneras bajo la advertencia de que darían el do de pecho. Y,
para qué esperar más tiempo, comienza el espectáculo anunciado.
A su señoría se le quedan cortos los 240 metros cuadrados
acordados por la Cámara
gallega para la ubicación del grupo del que
es portavoz. El dirigente histórico del nacionalismo gallego, conocido por sus
salidas de tono, como aquella que le llevó a mostrar su descontento golpeando
en su escaño con un zapato, no llegó a tales puntos pero poco le faltó.
Las comisiones se reducen a 12 asientos para los
grupos con reresentación en la
Cámara
En esta ocasión su cabreo no estuvo
motivado por la tasas sanitarias a los inmigrantes o las judiciales, medidas
cuestionadas por «impopulares». Nada que ver con cuestiones relacionadas con
los ciudadanos. A Beiras no le ha sentado nada bien que en el reparto del espacio
cameral AGE tenga solo 10 metros cuadrados
más de los que dispondrá el BNG. Le parecen «insuficientes»,
considerando el peso de su fuerza en el parlamento. En su opinión el resto de
grupos actúan como «una comunidad de propietarios». Eso sí más parecida a la
popular serie de televisión «la que se avecina». «A
ver cómo se hace sitio a los recién llegados, esos alborotadores, respondones y
rabudos», ironizó el nacionalistas sobre los suyos. «Siento
como si fuésemos intrusos -explicó-
que llegamos a un lugar ya repartido y parcelado en todos los sentidos».
Menor representación en la Mesa
Tampoco está conforme el portavoz parlamentario de AGE con
la propuesta de la Mesa ,
que rebaja de 13 a
12 los miembros de las comisiones -con
un reparto que será de siete para el PPdeG, tres para el PSdeG y uno para AGE y
otro para BNG-, único punto en el que parece estar en sintonía
con el BNG. Ambos unieron fuerzas para criticar una medida que implica además
una reducción en los tiempos de intervención pasando de 45 a 30 minutos en el debate
de investidura de Feijóo que se abrirá el próximo martes.
¡NO LES DARÁ VERGÜENZA!... A LO PEOR NO LA CONOCEN.
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