EFE@ABC_ES / BERLÍN
La canciller
alemana admitió que la apreciación de la moneda única puede lastrar los
esfuerzos de los países del sur de Europa, y que entiende «sus miedos y
preocupaciones»
La canciller
alemana, Angela Merkel,
admitió hoy que la apreciación
del euro puede lastrar los esfuerzos de los países en crisis por mejorar la
competitividad de su sector exterior, pero abogó por unos tipos de cambio sin
intervención política.
La jefa del Gobierno
alemán realizó estas declaraciones en su intervención en el acto de celebración
del 50 aniversario de la creación del grupo de los llamados «Cinco Sabios», los
cinco profesores que asesoran al Ejecutivo alemán en materia económica.
Merkel aseguró «entender las preocupaciones y miedos en los
países del sur de Europa», que con «grandes esfuerzos» han reducido sus
costes unitarios, al ver cómo en las últimas semanas el euro se aprecia
sensiblemente frente al dólar estadounidense y el yen japonés.
«Descubren ahora que estos (esfuerzos) bajo ciertas
condiciones se pueden derretir como la nieve al sol», señaló Merkel, en
relación a la pérdida competitiva que supone la apreciación del euro para el
sector exterior de países como España, que pretenden acabar con su déficit
comercial y acercar la recuperación económica exportando.
La canciller agregó, no
obstante, que se «incluye dentro de la normalidad" histórica que el euro
se mueva entre los 1,30 y los 1,40 dólares.
Merkel advirtió a este
respecto que es una "señal importante" que el G20 abogase en su
última reunión por no alterar políticamente los tipos de cambio, pero recalcó
que "todos los participantes deben cumplir" esto, en una referencia velada
a Japón.
El nuevo Ejecutivo nipón
impulsó recientemente una polémica estrategia de reactivación del crecimiento
que incluye una agresiva política económica expansiva, lo que ha depreciado
notablemente al yen frente al resto de divisas de referencia.
La depreciación de una
moneda mejora la posición relativa de las exportaciones de ese país en el
exterior, a la vez que encarece las importaciones dentro de sus fronteras,
desincentivando su consumo.
Estados Unidos, que como
Japón tiene ya los tipos de interés en mínimos históricos y tampoco puede
reducirlos para reactivar su economía, también ha recurrido en tres ocasiones a
una relajación cuantitativa.
En los últimos días el
euro se ha apreciado frente al billete verde estadounidense y el yen, lo que ha
llevado al Gobierno de Francia, entre otros, a proponer una intervención de los
tipos de cambio que favorezca las exportaciones.