BEGOÑA CASTIELL / CORRESPONSAL EN ATENAS
Día 09/06/2013 - 03.18h
El trabajo de un
alcalde y la inversión de una compañía española han convertido a la localidad
en un oasis de crecimiento sostenible y bienestar en un país asolado por la
crisis
Un pueblo de
menos de mil habitantes en el centro de Grecia ha conseguido un récord único:
no tiene paro ni criminalidad y sus
habitantes declaran ingresos entre 30.000 y 150.000 euros anuales, algo
inaudito en el mundo rural heleno. Se trata de Anavra, en una zona montañosa
cercana a Almiró, en la provincia de Magnisías (centro de Grecia).
El pueblo tiene dos colegios públicos en magnífico estado y
gimnasio y párking gratuito, la media de sus habitantes no supera los 40 años y
apenas pagan por la electricidad o la calefacción (tienen magníficos
descuentos), mientras que en el centro de salud hay siempre médico y tanto él
como los maestros disfrutan de vivienda gratis.
El pueblo tiene
también uno de los mataderos mas modernos del país (la mayor actividad de la
población trabajadora está relacionada con la ganadería que es ahora
biológica), un campo de fútbol y de baloncesto, un parque ecológico muy
visitado por colegios y turistas y muchos proyectos más, gracias a los
esfuerzos de su anterior alcalde, Dimitris Tsukalás, y al parque eólico
español cercano.
El compromiso de un alcalde
Anavra seguiría siendo un pueblo perdido con su ganado por las
callejuelas sin asfaltar si no fuera por Dimitri Tsukalás, durante 16 años
«Presidente de la Comunidad »
(el nombre de los alcaldes de pequeñas localidades antes de la reforma de la
administración local griega). Nació en el propio pueblo pero se fue a estudiar
y a trabajar en Lamía y Atenas. Volvió a su pueblo ya jubilado de la compañía
eléctrica DEI en 1990 y se encontró con
300 habitantes, ganaderos, que vivían con 30.000 animales (vacas y cabras)
debajo o al lado de sus casas, sin agua corriente y sin carretera.
A partir de entonces, con la ayuda de su mujer Máji,
arquitecta que trabajó gratis para la municipalidad, de una empleada municipal
y de amigos, se puso a trabajar. Sin ayuda de ningún partido político,
consiguió que los ganaderos llevaran a sus animales a la montaña y construir un
nuevo matadero municipal en el año 2000 que implementa normas ISO y es de los
mejores del país.
Se aumentó el
desarrollo económico del pueblo, que ahora
tiene más de 500 habitantes y
muchas de sus nuevas actividades tienen carácter ecológico y de protección al
medio ambiente, como el «Parque medioambiental y cultural», que visitan a
diario colegios de toda Grecia y muchos griegos y extranjeros.
«Me eligieron para trabajar»
Prueba de la constante actividad del exalcalde es que sigue
presidiendo la asociación voluntaria «Anavra Zo» y en reconocimiento de su
trabajo ha recibido muchos premios. Tsukalás declara que no hay recetas
secretas para el conseguir llegar a la meta: «Me eligieron [los del pueblo]
para trabajar». Y en un país donde reinaba hasta ahora la corrupción y el
enchufismo, destaca que lo que se necesita es no pensar en el beneficio y la
fama propia, sino en la comunidad, no pensar en política sino en las
obligaciones y necesidades del lugar. Y siempre termina diciendo: «Todo se
puede hacer con esfuerzo, trabajo y colaboradores».
Los vecinos
tardaron en convencerse que la construcción de un parque eólico, que se
convertiría en el primero de la región de Tesalía,
iba a ser una buena idea. Tras muchos impedimentos (estatales y burocráticos,
porque el alcalde Tsukalás consiguió convencer a los habitantes de las ventajas
de esta actividad), se inauguró en septiembre del 2006 el primer parque eólico
de la región, construido por la empresa española Gamesa Eólica en el monte Orthris, que forma
parte de la comunidad de Anavra.
Energía renovable
El parque está
situado en una ladera denominada «Alogorájis», y este es el nombre por el que
es conocido. Forma ahora parte de Roka Renowables, una compañía de Iberdrola Renovables. Se construyó
con un presupuesto de 23 millones de euros, instalando 20 aerogeneradores
modelo G58-850kW con una potencia total instalada de 17 megavatios. Esta
energía renovable consigue una producción anual estimada equivalente al consumo
de 13.000 familias y es comprada por la compañía estatal de electricidad griega
DEI. Y evita la emisión a la atmósfera de 37 toneladas de CO2 al año y el
consumo de 9.000 toneladas de petroleo.
Los habitantes acabaron por comprender
que el parque también tendría un efecto depurador, similar al producido por
tres millones de árboles. Y lo mas importante: gracias al parque eólico, la comunidad ha
recibido durante años entre 50.000 y 100.000 euros anuales, que hacen que se encuentre en una situación privilegiada
comparada con el resto de la administración local, victima de constantes
recortes y ajustes.
Ahora la nueva
ley hace que los habitantes locales tengan magníficos descuentos en su factura
de electricidad. E Iberdrola Renovables ha aumentado su posición en Grecia,
dónde tiene ahora mismo tiene una capacidad de 255,3 megavatios repartida entre
17 parques eólicos que representa una cuota del mercado eólico griego de del
15%. «En Anavra hemos tenido una excelente experiencia de cooperación con la
comunidad local, con la que seguimos involucrados», comenta Myriam
Rodriguez Ruiz, Directora de Desarrollo de negocio eólico para Rokas Renewables
(Iberdrola), que recuerda también cómo pintaron los colegios y ayudaron a
progresar al pueblo.
Y para el éxito
de la construcción y funcionamiento del parque fue decisiva la actitud abierta
y positiva de Tsukalás, que confirma a ABC: «Fue un magnífico proyecto, los españoles cumplieron todo lo
acordado, tuvimos una excelente colaboración y nos entendimos
perfectamente».
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