JOSÉ-PABLO
JOFRÉ / CORRESPONSAL EN BERLÍN
Día 17/03/2013 - 02.51h
Las instalaciones que se inauguran
este jueves han tenido un costo de cerca de 118 millones de euros y ha
encendido la polémica en una región de hecho bastante endeudada.
El próximo jueves Berlín inaugura su nueva cárcel para
hombres, la «Heidering», en la que no se han escatimado
esfuerzos para la comodidad de los presos. Diseñada por el arquitecto austriaco Josef Hohensinn, las
instalaciones han tenido un costo de cerca de 118 millones de euros y ha
encendido la polémica en esta región de hecho bastante endeudada. Una mezcla de
colores blanco y verde manzana con una iluminación natural extraordinaria
gracias los grandes ventanales de las 648
habitaciones han dado que
hablar los últimos días.
Los primeros huéspedes que
llegarán a principios de abril, se encontrarán con unas instalaciones que nada se parecen
a una cárcel: espaciosos pasillos distribuidos en cómodas
instalaciones repartidas en un total de quince hectáreas del vecindario Grossbeeren. La diferencia es
remarcada por su competencia: la cárcel de hombres de Tegel, la más grande de
Alemania, data de 1898.
En el centro penitenciario predominan
los colores blanco y verde manzana.
Los
críticos encuentran que Heidering es una exageración, que no es posible que la
capital gaste esa cantidad de dinero en generosas instalaciones y canchas de fútbol que bien querrían tener varios
colegios de la región. La directora de la cárcel, Anke Stein, de 42 años, se
defiende: «Si dejamos libres a personas que no han aprendido a vivir el tiempo
de ocio, eso no estaría bien».
Talleres, gimnasios, salas de
juegos están concebidos arquitectónicamente para disminuir la vigilancia sobre
los presos. Por otro lado, las habitaciones de unos diez metros
cuadrados cuentan con cama, mesa, silla, estantería, ropero y un lavabo.
Además, el cliché del uniforme de preso, se queda aquí sólo como un
recuerdo: cada uno tendrá su ropa privada, han aclarado los responsables de la
nueva cárcel.
Según el concepto del despacho de
arquitectos, los presos no deben olvidar que están en una cárcel, pero tampoco
cómo funciona la sociedad en el exterior. Por esta razón, explica Stein, la «transparencia» es la idea transversal de Heidering.
Desde dentro es posible ver hacia el exterior, y desde afuera, la cárcel no
será escondida con muros: «Es parte de la sociedad», aclara Stein.
http://www.abc.es/internacional/20130317/abci-berlin-carcel-lujo-201303151621.html