D. MORENO / CARTAGENA
Día 18/03/2013 - 16.28h
La
ampliación de la planta de Repsol en Cartagena, que ascendió a 3.200 millones,
ha duplicado su capacidad de producción.
El Valle de
Escombreras constituye uno de los principales polos energéticos del país y en
su corazón se encuentra la
nueva planta de procesado de petróleo de Repsol, que ha supuesto la mayor
inversión industrial de la historia de España y ha convertido a la antigua
refinería de Cartagena en la más moderna y eficiente del país.
La apuesta de la empresa Repsol por la ampliación de la refinería de Cartagena fue determinante para hacer realidad
una inversión sin precedentes en la industria de España, un presupuesto de 3.200 millones de
euros lograron un cambio
radical en el tipo de procesamiento y en las capacidades de refino de la
planta. La ampliación ha supuesto la construcción de una macroplanta con
capacidad para destilar el petróleo más pesado y convertirlo en toda una gama
de combustibles con un sistema de procesado del crudo a la vanguardia mundial y
que aprovecha hasta la última gota.
Antes de la ampliación, la planta de Cartagena tenía una
capacidad de producción de combustibles de 5 millones de toneladas anuales,
cantidad que ahora se ha visto aumentada con la puesta en marcha de las nuevas
instalaciones hasta los 11 millones de toneladas. Más de un tercio de todo el consumo
de diesel de España.
Además del suministro para el consumo nacional, la competitividad
en el mercado de combustibles y la alta rentabilidad que se obtiene con los
nuevos procesos de última tecnología permiten a Repsol colocar gran parte de la
producción en otros mercados
como Italia y Francia. Como explica el director de producción de la planta,
Jaime Arranz, «antes producíamos unos destilados a partir de crudos de alta
calidad -los denominados crudos dulces- mientras que ahora, nuestra capacidad
de destilado de los crudos más pesados del mercado nos permite utilizar crudos
de peor calidad y conseguir productos excelentes, mucho más rentables y
eficientes».
La calidad del producto final va asociada en la planta Repsol de
Cartagena a una decidida apuesta por el cuidado del medio ambiente sujeto a los
criterios más exigentes. Esto ha permitido eliminar
el azufre, uno de los agentes contaminantes del petróleo, hasta en un
99,5%. Por esta razón, aunque la producción se ha doblado, las emisiones de
dióxido de azufre se han reducido alrededor de un 70%.
Macroplanta de refinado
Lo primero que se divisa nada más entrar al Valle de Escombreras
son las dos chimeneas de 150
metros de altura que dominan un paisaje de inmensos
tanques de almacenaje y una red de complejas tuberías que comunican las 40
plantas de procesado del crudo. Estamos ante la
mayor apuesta energética de la historia industrial y la magnitud de sus cifras queda
patente con un recorrido por sus instalaciones. Con una extensión de 260 hectáreas , el equivalente a 500 campos de
fútbol, los desplazamientos se han reducido a lo imprescindible gracias a
sus sistemas de automatización que, desde el Panel de Control, monitorizan
todos los sistemas de procesado con una tecnología de última generación
preparada para cualquier contingencia.
El proceso de elaboración de los combustibles comienza en la
planta de fraccionamiento donde se separan los elementos más livianos, (el
propano y el butano) junto con el resto de productos (nafta y destilados
medios). El resto del crudo pasa a la unidad de destilación, que a una temperatura de 360 grados
centígrados vuelve a extraer
nuevos destilados medios de gran calidad como el keroseno y el diesel.
El gran logro de este complejo consiste en su capacidad para
extraer combustible del producto restante gracias a la planta de Hidrocraquer, que
consigue optimizar el «fondo del barril» hasta literalmente exprimir la última
gota de crudo. La materia restante se procesa en la planta de cóquer donde se
genera un compuesto similar al carbón y que se utiliza como combustible en
distintas industrias.
La nueva planta de Repsol en Cartagena se ha convertido en un referente para muchas otras
empresas del sector como
indica Arranz, de hecho «vienen de otros continentes para conocer nuestro
sistema de trabajo y se muestran muy interesados por saber cómo aprovechamos el
crudo y conseguimos unos productos imbatibles en precio». Con esta refinería la
empresa ha garantizado la capacidad de abastecimiento al mercado español para
los próximos cuarenta años.
http://www.abc.es/economia/20130318/abci-planta-moderna-europa-201303152214.html