jueves, 28 de marzo de 2013

LA PRENSA ALEMANA: LA CORRUPCIÓN EN ESPAÑA ES COMPARABLE A UNA DICTADURA DEL TERCER MUNDO

El diario alemán Die Welt ha publicado hoy un editorial muy duro en contra de las manifestaciones, habitualmente con un marcado tono anti-alemán, que se producen en los países del Sur de Europa cada vez que hay un nuevo rescate. Y apunta a la falta de decencia de una clase política propia de una dictadura del Tercer Mundo y a la propia falta de cultura política de la población de los países del sur de Europa. ¿Por qué el Bundesbank asegura que los españoles son más ricos que los alemanes?
El artículo de opinión, titulado “Una cuestión de decencia” y firmado por el periodista Ulrich Clauss, se lamenta la proliferación de imágenes de Angela Merkel con bigotes hitlerianos y de mensajes “groseros” y “anti-alemanes en países como España, Italia, Grecia y Chipre. Manifestantes griegos queman una bandera alemana a las puertas del Parlamento.

“El mecanismo funciona como en un libro de texto de agitación política”, continúa, y apunta a que las mismas élites que animan esto son las que tienen que lidiar con la “bancarrota política y económica” de esos países. En este punto señala especialmente a Italia y Silvio Berlusconi por su control de los medios de comunicación.
Asimismo, asegura que esta alianza entre medios de comunicación y público funciona igualmente a la explicar los problemas con la “miseria” de estos países, que en lugar de buscar las verdaderas causas de ella se contentan con una corriente de “anticolonialismo”.
El redactor cree que el Gobierno de Merkel poco puede hacer ante esta situación, ya que el pasado alemán esta todavía demasiado reciente como para no caer en la tentación de buscar “caricaturas alemanas”.
En este punto, Die Welt apunta a que para entender lo que pasa hay que ver la falta de cultura política de los países de Europa del Sur. “Por ejemplo, en cuanto a la corrupción endémica en el Gobierno y la Administración, en prácticamente todos los partidos del espectro parlamentario, estos países se sitúan al nivel de una dictadura del Tercer Mundo”.
Además, en todos y cada uno de ellos “la palabra buen gobierno parece ser una palabra extranjera”, continúa y asevera que “hasta ahora nadie se atreve a decirlo abiertamente: la división entre la cultura política del norte y del sur de Europa es extrema”.