El
artículo de opinión, titulado “Una cuestión de decencia” y firmado por el
periodista Ulrich Clauss, se lamenta la proliferación de imágenes de Angela
Merkel con bigotes hitlerianos y de mensajes “groseros” y “anti-alemanes en
países como España, Italia, Grecia y Chipre. Manifestantes griegos queman una
bandera alemana a las puertas del Parlamento.
“El
mecanismo funciona como en un libro de texto de agitación política”, continúa,
y apunta a que las mismas élites que animan esto son las que tienen que lidiar
con la “bancarrota política y económica” de esos países. En este punto señala
especialmente a Italia y Silvio Berlusconi por su control de los medios de
comunicación.
Asimismo,
asegura que esta alianza entre medios de comunicación y público funciona
igualmente a la explicar los problemas con la “miseria” de estos países, que en
lugar de buscar las verdaderas causas de ella se contentan con una corriente de
“anticolonialismo”.
El
redactor cree que el Gobierno de Merkel poco puede hacer ante esta situación,
ya que el pasado alemán esta todavía demasiado reciente como para no caer en la
tentación de buscar “caricaturas alemanas”.
En este
punto, Die Welt apunta a que para entender lo que pasa hay que ver la falta de
cultura política de los países de Europa del Sur. “Por ejemplo, en cuanto a la
corrupción endémica en el Gobierno y la Administración , en
prácticamente todos los partidos del espectro parlamentario, estos países se
sitúan al nivel de una dictadura del Tercer Mundo”.
Además, en
todos y cada uno de ellos “la palabra buen gobierno parece ser una palabra
extranjera”, continúa y asevera que “hasta ahora nadie se atreve a decirlo
abiertamente: la división entre la cultura política del norte y del sur de
Europa es extrema”.